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Por Ennio Tucci C uando nos planteamos retomar la editorial artesanal durante el 2016, año de sequía, sacrificios y desesperanza ...


Por Ennio Tucci
Cuando nos planteamos retomar la editorial artesanal durante el 2016, año de sequía, sacrificios y desesperanza para los venezolanos, pensamos en cómo contagiar de esperanza a nuestra gente, devolverles el alma, darles aliento.
Por aquel entonces pude conversar con muchos cultores del estado Falcón y descubrimos que dentro de cada uno existía una voluntad de hacer, de sumarse al trabajo, de dar su aporte al levantamiento del país, pero lo más importante es que en medio de la cruda realidad que vivíamos, mantenían su fe como una certeza absoluta. Sabían que podrían cambiar la realidad por medio de la acción, mientras comenzaban a sembrar después de varias décadas.
Entonces comenzamos a pensar en propuestas desde la casa, juntamos ideas y lanzamos una primera convocatoria en formato de folletos. Conseguimos que algunos escritores se atrevieran a consultarnos sobre hacer libros. Los autores insistían una y otra vez, hasta que accedimos a hacer un primer ejercicio. De día asistía a mi empleo y de noche encendía la luz del taller para hacer el trabajo. Y emprendimos por esa vía.


Sin embargo Madriguera como revista siempre estuvo en nuestros planes. De vez en cuando desempolvamos maquetas, hacíamos cuentas y finalmente terminamos engavetándola. Pero era nuestro medio de comunicación desde un principio, nuestra herramienta para aglutinar el trabajo creativo, pasar revista al país en medio de una crisis que amenazaba con borrarlo todo, necesitábamos a Madriguera como revista.
Si no fuera por los amigos que nos pedían recuperar este espacio y esos autores que insistieron nunca habríamos reunido la suficiente energía para atrevernos a salir, a mediados del año 2017, en medio de una escalada de violencia que dejó ver lo más oscuro del sentir nacional (porque quienes se expresaron violentamente también eran venezolanos); y decir: Venezuela sigue viva. 
El premio para Madriguera Revista Literaria es un PREMIO PARA TODOS. Por este motivo hemos reunido una serie de mensajes enviados por los amigos, divididos entre nuestra Sala y el Tragaluz

L a alegría colmó nuestra casa cuando nos enteramos que Madriguera fue galardonada con el Premio Nacional de Libro...



La alegría colmó nuestra casa cuando nos enteramos que Madriguera fue galardonada con el Premio Nacional de Libro 2016-2017 como “Sitio electrónico que promueve el libro y la lectura”, pero no pudimos sentirlo como una alegría privada, tal como sucedió cuando el libro “De eso se trata” de Jenifeer Gugliotta recibió la mención Libro Artesanal del mismo certamen en el año 2014.
Esta vez la editorial tiene otra forma y Madriguera también. Esta vez son más los premiados, más los responsables de mantener el proyecto andando. Aunque seamos pocos los que estamos dentro del taller, en el consejo de redacción de Madriguera Revista Literaria, nuestra acción está puertas afuera y nuestra voluntad es distinta. Esta vez EL PREMIO ES DE TODOS.
Nos tocó vivir una de las épocas más duras de nuestra historia, por esta razón la Madriguera que tenemos hoy en día no surge de una tertulia en alguna ciudad particular, en cambio es el resultado de un gran diálogo con el país de lectores y escritores. Una casa que busca constantemente pasar revista del país vivo y valorar lo que cada quien está haciendo desde su espacio. Un lugar acogedor donde es posible encontrarnos con visitas que vienen de fuera y de adentro.







También por esta razón EL PREMIO ES DE TODOS. Los que en lo cotidiano nos dan una palmada, nos brindan su apoyo, su buen humor, su positividad. Los que día a día suman razones para continuar viviendo y no sólo vivos. Los que apostaron y apuestan por nosotros, para que haya algo más que comida en una casa, sino encuentro, contacto y afecto. Esos que abrazamos fuerte y llamamos hermanos, porque nos da alegría estar con ellos, verlos a los ojos y conversar. Los que suman su palabra para que no decaiga el ánimo del grupo, echan chistes, se ríen, cantan aunque sólo tengan agua o algún guarapo para compartir. Los que creemos en el hacer colectivo, en la tertulia, en la vida y en las palabras convocantes, las palabras que nos unen. El premio también es de los que se fueron a otras tierras y desde donde están son tan venezolanos como los que nos quedamos, porque desde donde están saben que no hay mejor lugar que este.
EL PREMIO ES DE TODOS y faltando poco tiempo para la salida de esta edición, nos dimos a la tarea de convocar a nuestros más cercanos amigos, los entrañables, los fugaces y los más recientes; los que encuentran en Madriguera un espacio para leer el país desde una perspectiva distinta y propia de quienes habitamos el corazón [el interior] de Venezuela. Los que pudieron robarle un tiempo a su rutina diaria y enviarnos sus mensajes aparecen a continuación. A todos ellos: ¡Gracias! 

¡EL PREMIO ES DE TODOS!



Toda iniciativa en pos de la lectura, la creación literaria, la poesía y la cultura son dignas de premiar y destacar. Ediciones Madriguera significa conocimiento, aprecio, cuidado y vocación por la literatura. Larga y sana vida a Ediciones Madriguera. Abrazos.

Marcelo Seguel Bon




Hace aproximadamente trece años conocí a un grupo de estudiantes, poetas soñadores con los pies bien puestos sobre la tierra, emprendiendo la idea descabellada de editar su propia revista.  De todo ello, lo que llamó más mi atención fue la apertura fraternal y desinteresada de estos jóvenes hacia todo aquel que quisiera compartir sus trabajos, descubriendo y motivando al talento  local en tertulias que organizaban en plazas o cualquier lugar disponible para ello. De esta manera, como su nombre lo indica, la Revista Madriguera ha sido durante estos años el refugio certero para quienes experimentan o transitan por el mundo de las letras aun en estos tiempos sin tinta ni papel.

PD: Y ¡Gracias! Desde este humilde corazón por ayudar en la búsqueda de mi centro. Felicidades queridos amigos.

Pilar Salgado





La sola consideración del nombre de Ediciones Madriguera abre un abanico de posibilidades de interpretación acorde con la dinámica de su hacer. Resulta casi un oxímoron, pues una madriguera es un  escondrijo para poner a salvo, esconderse,  y esta otra realidad es una plataforma para dar a conocer. Sin embargo, ciertamente esta Madriguera ha venido a ser un refugio para muchos cultores del arte literario, de donde resulta que se ha convertido a la par en una nutrida despensa de textos que alimentan. Es fácil saber que aún este proyecto no ha alcanzado a desarrollar la totalidad de sus potenciales, y esta intuición de que, si lo que ya hemos visto es bueno y lo que viene será mejor, es una invitación para estar pendientes de ella.

Ediciones Madriguera “ad multos annos” y que sean innumerables los premios…

Calixto Gutiérrez



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En Madriguera se escuchan todas las voces; las que el tiempo y la experiencia han vuelto agudas, estéticas y aquellas con su aroma a flor recién cortada que han heredado la belleza, y la historia actual ha agudizado en una noble orquesta de estilos íntimos y contestatarios que cantan desde una ventana digital hacia toda Venezuela y el mundo.
Gracias a la Revista Madriguera por dibujar esa ventana.

Verónica Vidal


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La tenacidad con que Ennio Tucci se ha entregado a editar libros y la revista Madriguera es ejemplar. Desde que le conocí hace ya varios años, Ennio, Jennifer su esposa y un grupo de amigos se han dado a la tarea de divulgan la literatura joven de Falcón y de Venezuela con una voluntad y un criterio de excelencia que sólo merecen el reconocimiento y el aplauso. Movido por la fuerza mágica de la poesía, ellos han creado un espacio humano, colectivo  y creativo que ha ido tejiendo sus redes de comunicación y saberes en todo el país. Yo me siento orgulloso de ser su amigo, de tomar café en su casa y de ver crecer sus bellas hijas de las que me siento una especie de abuelo, y que me llenan de ternura. Le doy otra vez un abrazo por este reconocimiento por su labor de que han sido objeto por parte del Centro Nacional del Libro; se lo doy en nombre de quienes también somos editores y sabemos de lo arduo y difícil de este trabajo hoy día, y le acompaño hasta el fin en su aventura editorial, que nos ha hecho partícipes de un hermoso sueño.

Gabriel Jiménez Emán






Madriguera como su nombre lo indica, es la guarida de muchos escritores llenos de sueños y ganas. Es un espacio diverso donde caben niños, jóvenes y adultos; donde la cultura es el motor, las letras los engranajes y los escritores la fuente de energía de ese proyecto tan hermoso que ha ido tomando forma y fuerza en el tiempo. Muchas gracias.

Cherokee Diaz Exime





Una grata alegría saludar a los amigos de Ediciones Madriguera, que sigan cosechando tantos éxitos como buenos lectores. Un abrazo fraterno con toda la alegría de conocerles y admirarles...

Lyerka Bonannoexto





Ediciones Madriguera es una editorial que se consolida como una productora de libros de alta calidad estética y contenido. Pero más allá de esta visión, su trabajo permea la literatura nacional agregándole la posibilidad de publicación a autores que hasta ahora permanecen inéditos o no han podido publicar por diversas razones. En Madriguera, las letras venezolanas han conseguido un refugio para subvertir, desde los sueños inalcanzables, la realidad y convertirla en apasionados textos poéticos y narrativos. La labor artesanal de Ediciones Madriguera brinda un caudal inmenso de imágenes cuyo disfrute hace colectivo el amor por la literatura.

José Gregorio González Márquez




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La familia Madriguera siempre ha representado una dicotomía: por un lado es ese espacio escondido donde somos partícipes de la literatura como medio de sustentación del hombre y su evolución; y por otro lado, es una puerta a la dimensión de lo imposible. Es un espacio que se diversifica en pro del arte (no sólo de la palabra) en el que siempre será bueno habitar, tomar un café y sentir el calor de la casa recién contada.

Jorge Morales Corona




Ediciones Madriguera ofrece a los escritores una ventana diferente en la que su trabajo es hecho con  la consciencia de un autor que es editor. Madriguera está concebida con calidez, desde su nombre y en la amorosa concepción del libro artesanal, realizado por una familia. Luego de impresos los ejemplares son también promocionados, porque sus editores saben que su trabajo no termina con la hechura del libro, pues este deberá tener lectores que se animen a leerlo. Así los libros de Madriguera tientan al lector. Ediciones Madriguera constituye en estos momentos un ejemplo de lo posible en medio de las dificultades económicas. Madriguera es voluntad, constancia, conocimiento y determinación de lo necesario que es y será el libro impreso venezolano entre nosotros.

Ximena Benítez






Madriguera es un referente para la literatura venezolana contemporánea, ¿por qué? porque edita, publica, se transforma conforme a lo que toca. Ayer fue la Cubile impresa y las hojas poéticas, hoy es una página web en la que se sigue manteniendo el proyecto. El trabajo es mantener vivo eso que llamamos literatura venezolana y eso lo hace Madriguera, con los que pueden realizar semejante tarea: los lectores y escritores. Y lo que es mucho mejor: lo hace fuera de la mezquindad. Creo que agradecimiento es lo que termina por definir lo que sentimos por Madriguera. Por hacernos el refugio para estos tiempos de bombardeo.

Miguel Antonio Guevara






Ediciones Madriguera, es el revelado de la mezcla: compromiso - constancia - excelencia. Estos tres elementos hacen de esta casa editorial un espacio para la construcción de una poética de la victoria donde los soñadores del oficio de escribir encuentran un espacio para guarecerse.

Rubén Darío Roca






Una de las iniciativas más hermosas de la literatura y del mundo editorial de nuestros tiempos en Venezuela, con solo amor y pasión por las letras, han hecho un mundo, se les quiere que jode a todas y a todos ya que son una buena banda.

Merecido mis hermanos más generosos.

Dannybal Reyes Umbría





En momentos en el que la pantalla del monitor brilla contra el rostro para encandilar, y a veces, distraer, el libro en la mano, los ojos sobre cada línea, su olor y placer se hace necesario. Nada como un libro hecho a mano, encuadernado uno a uno, refiladas sus páginas, engoladas y apilados con dedicación. Poder hablar con tu editor sin temor, porque te conviertes en socio del proyecto por el que recibes orientación, gusto y esmero personal. Ediciones Madrigura conserva el olor del café mañanero, de la brisa entre arenales y el cuido al recién nacido. Acompaña y cree en cada proyecto como único y le ofrece alas desde el principio. Me enorgullece este Premio Nacional del Libro que se convierte en un cuento con final feliz pues es un esfuerzo colectivo en tiempos en los que cada papel cuenta. Enhorabuena a Ennio Tucci, editor y al equipo que le acompaña como cómplices de lo posible.

Carolina Marín Guevara






Espacio de sueños y encuentros donde el sentir  encuentra cabida dando paso al decir, ese que nos enseña y deleita. Es la vida en letras. Esa es Madriguera. Donde crear y creer ha sido la clave. Años de lucha que hoy son reconocidos por un premio pero también por cada una de las lectoras y lectores que no solo hemos tenido la oportunidad de ver el resultado sino también ser testigos del camino que se transita para lograrlo.
Gracias por estar, por cumplir el sueño de muchas voces que estaban en silencio, pero sobretodo gracias por nacer y crecer, por echar la palabra en la tierra de Ali, por darle espacio a las escritoras, por inventar sin temor a errar.

Herkis Duno









La Musaraña que creció  y construyó su Madriguera

La noticia realmente no me sorprendió cuando leí que el Centro Nacional del libro había premiado y reconocido el trabajo del grupo Editorial Madriguera. Es lo menos que puede ocurrirle a este equipo de trabajadores editoriales de larga data y mayor empeño por convertir en arte la palabra. En lo personal, confieso, siempre me han provocado mucha alegría los enlaces y noticias que consigo de ellos. Tienen un estilo y calidad en la imagen que me resulta encantador y los contenidos son verdaderos tesoros de la literatura que se escribe en ciertas regiones del país. Buscar en Madriguera, el sitio editorial, es un paseo por los sueños de los demás. Pero no un sueño "posible", "viable", "por concretar", no. Madriguera Editorial Artesanal es un proyecto logrado, que como siempre ocurre cuando algo tiene que ver con la palabra creativa, se convierte en buenas noticias y regocijo para la gente. Entonces quiero poder transmitir la emoción que me provoca esta noticia y no hago más que mirar un escarabajo azul atravesando las dunas de Coro, una casa con pisos de tierra cocida y nombre de pájaro, unos amigos que llaman durante la noche para celebrar un libro, una visita al pueblo de Pecaya buscando agua para viajeros sedientos, el rostro de dos niñas que juegan sobre una alfombra de luz y poesía. Yo también tengo un sueño donde los veo felices cruzando hacia la península de Araya. Felicidades para el equipo de Ediciones Madriguera.

Esmeralda Torres






Cuando pensé en publicar estaba clara que la crisis en Venezuela trasciende no encontrar la batería de un carro, la pulpa de papel también se importa y es un desafío para las editoriales seguir. Me contacté con una y cuando pedí el presupuesto ni en sueños se acercaba a mis bolsillos de origen proletario. Luego coquetee con otra y aunque el precio era sensato la gente era super irresponsable y embarcadora. Ya había claudicado. Me dije "será en otra oportunidad". Sabía que con todos los problemas que para esas fechas eran más agudos en el país sería "una oportunidad" muy lejana. Luego apareció Madriguera, así como quien espera un golpe de suerte y dice "Dios Aprieta, pero no ahorca". Me conseguí con un comprimido de gente chevere, sensible, solidaria y responsable. Por eso hoy celebro enormemente su triunfo, porque aunque el país esté como esté, todavía hay tiempo para escribir y para que siga la fiesta de la palabra. Felicidades Ediciones Madriguera.

Merimar Franco






Madriguera es un espacio para el encuentro entre quienes creemos en la importancia, en lo sublime, en lo siemprevivo de la palabra. Es un lugar de integración, amigable y benevolente para compartir entre lectoras, creadoras, ávidas, curiosas de la lectura y la escritura, sin jerarquías ni limitaciones; una oportunidad para quienes comienzan a introducirse en el mundo de las letras, para que con confianza difundan sus trabajos, sus ideas y puedan ser leídas, diría yo escuchadas. Es una plataforma interesante, fresca, variopinta, un canal para recordar el fin último de la palabra en todas sus formas: el decir honesto y sin pretensiones del oficio de la escritura como una necesidad genuina.

Alba Coccoluto





Constancia, seriedad, disciplina, trabajo, vocación y voluntad son algunos de los adjetivos con los que se puede definir Madriguera. He sido una simple seguidora de su trabajo, gran admiradora de su empeño y feliz espectadora de sus frutos. Me llena de mucha esperanza su labor y me demuestra que vale la pena seguir empeñados en sembrar palabras, en crear con ellas mundos diferentes, en dar vida y aportar oxígeno a nuestra asfixiante realidad... Muchas gracias por no rendirse. Bendiciones.

Wilmara Borges




Para mí, Madriguera es humanidad, es frescura de gente jóven, dispuesta a ayudar al otro, es una muestra de solidaridad a carta cabal, que se hace presente con sus conocimientos de lo que hacen, por cierto, muy bueno, pudieramos decir: ¡Excelente!
Gracias por ser parte de la solución.

Gregoria Caraballo Guzman
(Goyita)

Aunque los textos presentes en el presente artículo significan reconocimiento y aliento para nosotros, algunos de nuestros amigos escribieron palabras que tocaron nuestra sensibilidad más personal y quisimos colocarlos en otra entrada. 
Puedes leerlos entrando a: 

Por Camilo Morón M adriguera es una trinchera. La edición de 1970 del Diccionario de la Lengua Española  de  la Real Academia...


Por Camilo Morón

Madriguera es una trinchera. La edición de 1970 del Diccionario de la Lengua Española  de  la Real Academia Española, trae la siguiente etimología: Del lat. matricaria, t. f. de -rĭus; de mater, madre.  La edición Web en 2018, abunda: Del lat. vulg. matricaria, y este der. del lat. matrix, -īcis “hembra reproductora”, “hembra de cría, nodriza”. La edición de 1970 define la voz: f. Cuevecilla en que habitan ciertos animales, especialmente los conejos. ║ 2. fig. Lugar retirado y escondido donde se oculta la gente de mal vivir. La edición Web, varia levemente la primera acepción, suprimiendo el diminutivo y reiterando los animaluchos: 1. f. Cueva en que habitan ciertos animales, especialmente los conejos. Y transcribe, palabra por palabra, la segunda acepción, de manera enfática: 2. f. Lugar retirado y escondido donde se oculta la gente de mal vivir.
Ahora bien, ¿cómo se define a sí mismo el Diccionario? Según el solemne  DRAE, en su primera acepción, es un “Libro en el que se recogen y explican de forma ordenada voces de una o más lenguas, de una ciencia o de una materia determinada.” El carismático Diccionario Ilustrado Sopena de la Lengua Española (250.000 acepciones, 5.000 ilustraciones y 32 láminas), se define a sí mismo, de manera más primorosa, como un “Libro en que por orden alfabético se contienen y definen o explican todas las dicciones de una ciencia o materia determinada.” Eso de “todas las dicciones” es un desiderátum  jamás cumplido, limitado por la competencia –o incompetencia– del equipo de diccionaristas –a los que el Sopena también llama lexicógrafos–, la extensión del referido libro, los lapsus –de tiempo y  de memoria–, los presupuestos y, finalmente, las simpatías o antipatías de los lexicógrafos.



En un cuento extraordinario –en el sentido literal y figurado– Gérard Klein define la palabra, esencia del diccionario, como “la sal del aire, el perfume de la boca que se aspira por la oreja” y en ese cuento, al que titula De la Literatura, crea un “poeta del diccionario”. Este “poeta del diccionario” fue en sus definiciones “a veces poético, violento, irónico, impetuoso, elocuente, sobrio, enigmático, hasta francamente oscuro.” Pero siempre fiel a las reglas del género y a su inalterable modelo: “Así señaló el orden inmutable de la definición: la palabra, la etimología, un texto corto, un ejemplo, después una rúbrica variable a manera de moral: (Tecnol.) o todavía (Antig.).”


Este circunloquio cándido y libresco viene al caso porque poco es lo que me identifico con los lagomorfos (no me ocuparé de los rasgos anatómicos ni etiológicos de conejos, liebres y picas, ni aun del mediático Pikachú); pero sí comulgo con la “gente de mal vivir” que se refugia en lugares “retirados y escondidos” como cines, bibliotecas y taguaras.  Y con muchas de estas “malas compañías”—para decirlo en las palabras del poeta Joan Manuel Serrat— comparto cártel literario en las páginas virtuales en esa trinchera de letras luminosas que es Madriguera.


Camilo Morón

Historiador venezolano. Licenciado en Historia, en Letras y en Educación. Magister Scientiae en Etnología y en Museología. Es egresado de la Universidad de los Andes (ULA). Es profesor de la cátedra de Patrimonio de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda (UNEFM) e investigador del Centro de Investigaciones Antropológicas, Paleontológicas y Arqueológicas (CIAAP). En 2010 obtuvo el Premio de Ensayo “Centenario de Miguel Hernández”, convocado por la Universidad Nacional Experimental de Yaracuy (Uney) y la Embajada de España en Venezuela, con el trabajo Miguel Hernández, poeta y mártir: presencia luminosa.

Fotografía: Bar Garúa

Reseña del libro de Fernando Vanegas, "Tropical Guetto", ganador del Premio de Autores Inéditos de Monte Ávila Editores en el...


Reseña del libro de Fernando Vanegas, "Tropical Guetto", ganador del Premio de Autores Inéditos de Monte Ávila Editores en el año 2014.

Reseña del libro Voces de Chernóbil por Eduardo Salazar.

Reseña del libro Voces de Chernóbil por Eduardo Salazar.

Reseña del libro "La Coleccionista" de David. Parra por Joan Manuel García.

Reseña del libro "La Coleccionista" de David. Parra por Joan Manuel García.

Por Pilar Salgado S ucedió cuando éramos unos niños. Mis hermanos y yo empezamos a sospechar que nuestro padre estaba marca...



Por Pilar Salgado

Sucedió cuando éramos unos niños. Mis hermanos y yo empezamos a sospechar que nuestro padre estaba marcado por designios diabólicos. Una serie de sucesos y señales nos condujeron a esta hipótesis. La primera señal fue el látigo de cuero que colgó en la cocina como un objeto de tortura visual, imposible estar en casa sin verlo constantemente con todo el dolor y la amenaza que representaba. No recuerdo si alguna vez lo usó, porque papá con un solo gesto infundía un terror más poderoso que la misma presencia  del látigo. Una palabra de él era suficiente para que se nos quitara el sueño o todo lo contrario, en segundos quedásemos profundamente dormidos. Era un misterio como en algunas ocasiones que no deseábamos comer, papá nos lanzaba tan solo una mirada y en minutos no quedaba absolutamente nada en los platos. Todo lo sabía, era como si leyese nuestros pensamientos, no había manera de pensar siquiera en mentirle. Tenía el poder de decidir sobre nosotros hasta el más mínimo detalle  de nuestras existencias. Incluso los nombres que colocara a nuestros perros, Damián, Calígula, Nerón, eran una clara señal de su naturaleza sombría. Así, poco a poco llegamos a la conclusión de que papá podía ser el enviado de Satán. Lo confirmamos al conocer la fecha exacta de su nacimiento: 6-6-51. Los números de la bestia. El apocalipsis estaba cerca y papá no lo sabía. Decidimos entre todos que jamás debía enterarse de su espantosa condición, porque ello supondría suprimir su personalidad terrenal con la cual nos había enseñado a lanzar piedras en el mar para que rebotasen tres veces antes de hundirse en el agua, a juntar nuestras manos formando una cavidad que al soplar emitía ruidos fantásticos, a admirar acostados en el suelo del patio las estrellas e identificar constelaciones cuando no había luz. También nos enseñó a hacer cometas y barquitos de papel.


No, no debía enterarse jamás de su trágico destino. Intentamos de varias formas buscar la marca en su cuerpo para confirmar su suerte pero no fue posible sin que él sospechara. Así que con el tiempo desistimos de la idea. Luego de algunos años cuando ya casi olvidábamos el destino de papá, en una tarde de esas lentas, calurosas, con el sol alumbrando en amarillo, vimos a papá colocar la escalera de madera bajo el árbol de mango. Curiosos lo observamos por la ventana porque el árbol ni siquiera había florecido y desde hace tiempo lo habíamos convencido de bajar la trampa para los pájaros. Entonces vimos aterrados, inmóviles y temblando cuando amarraba un mecate a una rama formando un anillo directo a su cuello. Mamá sin saber nada nos miró intrigada, siguiendo nuestra vista hacia la ventana gritó despavorida y salió al jardín alzando los brazos en dirección al mecate. Papá dio un paso atrás sobre un escalón, soltó la cuerda y nos miró espantado. Entendimos de inmediato que la bestia había hecho su jugada vengativa. Papá no tenía la menor idea de por qué estaba allí. Bajó aturdido, con el semblante blanco y sus extremidades vacilando en cada escalón que pisaba. Luego, no dio explicaciones ni muestras de algún tipo de emoción. Silenciosos continuamos la tarde como si no hubiese sucedido nada. Papá se había salvado y el secreto seguiría con nosotros hasta el final de nuestras existencias.


Pilar Salgado
(Lima, Perú; 1972) Artista visual, docente de Artes Plásticas y profesora universitaria en el área sociocultural. Realizó estudios de dibujo, pintura y grabado con Maigualida Espinoza en Río Chico (1990), por lo que cuenta con más de 20 años de experiencia en la cultura y el arte en Venezuela.

Ilustración: Edward Gorey

Por Carlos Eduardo García Torín H abía una vez tres palabras: había una vez. Los escritores se reunieron para discutir la ...



Por Carlos Eduardo García Torín

Había una vez tres palabras: había una vez.
Los escritores se reunieron para discutir la conveniencia de esas palabras.
— Había una vez — Dijo el director de la reunión para abrir la cuestión — ¡vamos! Empecemos por el primer factor, ¿por qué razón había? Digo, somos narradores de historias pero ¿por qué causa ponemos nuestra visión en el pasado? ¿Tan difícil es hablar del presente? ¿Tenemos miedo a decir simplemente “hay”? ¿Qué nos impide mirar hacia adelante y abrazar con comodidad la conjugación en “habrá”?
— Seeé… ¿por qué la renuencia? —replicó alguien más secundando y todo el auditorio se alborotó en una jauría de exclamaciones.
—Mi personaje tuvo un incendio en su casa, apenas pudo sacar a su hijo, pero perdió a su esposa. Cayó en coma durante diez años producto de una lesión en el lugar. ¿No cree acaso que necesite dejar todo esto en su pasado? ¡Ya ha sufrido bastante! No lo haré presenciar de nuevo todo.
— ¡Podrías acompañarlo si está en el presente! No seas hipócrita diciendo que te preocupas por él. Si dices “hay” tendrás que estar parado a su lado y eso es todo lo que te incomoda.
El escritor sintió el gancho derecho a su ego y se sentó. Realmente no quería volver a verlo, era viudo, acababa de serlo apenas un par de días, no tenía hijos, pero no le gustaba la idea de volver a ver una pérdida, ni siquiera ajena en un personaje. Había escrito sobre aquel hombre para que fuese quien se llevara esa pesada maleta a la parte trasera del tiempo. Se sintió un poco avergonzado de verse descubierto en su presente y aun ver su espalda todavía alejarse. Se sentó, pero la algarabía continuaba a su alrededor.
Otro se levantó. Dijo un pelirrojo en voz alta:
— Mi personaje era un adicto, bebía, jugaba, y encima le era infiel a su esposa. No me siento orgulloso de lo que fue. Pero no tengo que preocuparme por él ya, toda su historia se desarrolló en un breve periodo de tres semanas que se resolvió. Sucedió hace dos años.
— Muy astuto… admitir el pasado y negarles el presente. ¿Dónde está ahora?
El autor se sintió incómodo ante esa respuesta, porque el personaje estaba basado en el mismo, estaba justo dentro de sus zapatos ahora y no se sentía cómodo con su vida hoy. No había logrado todavía dejar atrás aquel hombre porque sus pasos estaban sincronizados con los aquellos, solo sus tres semanas de historia, un paréntesis, fue lo que dejó atrás.
El director celebró avivar el fuego del desorden en el debate y apuntó más alto y preciso.
— ¿Y por qué “una vez”? Acaso le tenemos miedo a las posibilidades. Las cosas pueden volver a repetirse, en la vida real sucede a menudo, incluso los errores. En este momento alguien está tropezando con la misma piedra y no lo lamenta para nada. Probablemente lo hará nuevamente cuando no les estén mirando. Así pues, donde están los escritores que escriben sobre ellos. ¿Dónde están los que especulan sobre el futuro?
— Se refiere a los de ciencia ficción—dijo uno gordito entre ellos al sentirse aludido— también formulamos en pasado lamento decirle. Pero comprendo su nueva pregunta señor Director, tengo que reconocer que de todas formas no hay mucho de donde explorar. Elegimos una alternativa y eso es todo, tengo personajes que nacieron en la estrella Sirius en principio a una distancia de 3mil años de nosotros, pero aun así he doblado como alambre la historia para hablar de ella en tiempo pasado. Son buenas ideas pero escribimos de lo que podría ser como donde ya fue— y sintió vergüenza porque no había reflexionado en ello hasta ahora y se sentía orgulloso como escritor de ciencia ficción hablando de mundos futuros que lamentablemente no eran tal.
La discusión comenzó a mermar. En el fondo parecía que cada uno solo escribía sobre sus desgracias, sobre sus equivocaciones, o desordenes, pasiones íntimas y personales. Escribían para exorcizar lo que les avergonzaba o entristecía, y aunque no se los preguntara el director, admitirían no poder hacer otra cosa. Un hombre joven de cabello despeinado se levantó en la penúltima fila.
—Mi personaje es devorado por las hormigas mientras le dice a una chica cuanto le gusta. Pero no le molestaría ser devorado por perros si puede decirle que le ama, o picoteado hasta morir por un ganso si puede escuchar de ella que le ama a él.
Todos quedaron un poco confundidos, pero notaron la formulación en tiempo presente.
— ¿Su personaje está loco?
—No lo creo… su nivel de neurosis está en el rango de lo aceptable socialmente.
— ¿Es de dulce? ¿Es un payaso hecho de caramelo o algo así? Tiene que ser un personaje absurdo para llegar a una situación como esa. ¿Tal vez ella es la reina de las hormigas o algo así? ¿Historia infantil? —dijo uno que tenía expresión de militar frustrado.
—No. Es un muchacho de 34, saludable, no fuma ni bebe, realiza caminatas a diario y no consume grasas en exceso. No es don perfecto, eso sería absurdo, pero sus defectos son tan vulgares como él. Se obsesiona con las cosas que le apasionan y a veces su franqueza es hiriente, pero hay quien diría que eso no es un defecto. Ella tiene sus ojos claros y marrones, muy linda, sin pretensiones, pero se ve sexy con sus anteojos de pasta dura que le dan cierto carácter hipster e intelectual. No es una historia infantil.
— ¿Qué tipo de hormigas son? ¿Carnívoras del amazonas? Me parece que el Sr. Quiroga escribió en su momento algo así. Era una historia de terror y muerte— Quiroga estaba muerto y no estaba en la sala, pero aun así le zumbaron los oídos cuando se habló de él.
— ¿Pero lo hizo Quiroga en tiempo presente? — preguntó el director.
—No… creo que no.
—Eran de las negritas y pequeñitas, comunes en parques y zoológicos. Ni nombre deben tener. Puedo asegurarle que no hay nada terrorífico en la escena. Si los ve como yo los veo los notará felices y llenos de vida. En el momento justo y perfecto, ellos parecen saberlo.
—Es una historia cursi entonces. De amor donde todos se casan y se dan muchos besitos y tienen muchos bebes…—dijo una escritora de pelo corto haciendo besitos con boca y apapuchando el aire como un niña que se burla de otra.
—Pues no es una historia romántica si a eso se refiere. No hay tragedia ni trama de amor imposible. Es posible que haya amor en el futuro ¿quién puede descartarlo? Pero es posible que no. Al barajar todas las posibilidades ¿quién puede saberlo?
— ¡Una pitonisa!, ella seguro puede ayud… oh, no perdón. Escribí sobre ella en tiempo pasado, se terminó cuando se fue en barco para Italia. Ya no sé nada de ella, la perdí. —dijo otro y se sentó de inmediato.
— ¿Es usted? ¿Usted es ese personaje? — acusó un viejo estirado en traje de mayordomo inglés.
—Oh no. Calzamos lo mismo pero yo peso 10 kilos más que él, tengo 6 años menos y no me obsesiona nada. Puede que un trago como recompensa cuando termino de escribir un capítulo bien hecho pero eso es todo… además me gustan las chicas más bien góticas.
Todos comenzaron a discutir. Alguien de pronto entró con prisa cargando un ganso dentro la sala.
—Necesitamos verlo. Tráigalo hasta aquí queremos ver sus entrañas textuales. Queremos leerlo con nuestros propios ojos. Necesitamos descubrir su trama. Saber cómo funciona y ver hasta dónde llega y es capaz de sacrificarse. ¡Tenemos que resolver su historia!
—Oh no. Claro que no—todo el auditorio estalló en reclamos y volaban papeles.
El escritor se levantó con rapidez, comenzó a recoger poco a poco de los asientos muchas cositas invisibles. Todos le atacaban a preguntas y alzaban sus plumas como lanzas ansiosas de guerra, mientras él en actitud de escape se retrasaba inclinándose varias veces sobre el suelo. Se escabulló en medio de una lluvia de insultos, reclamos, peticiones desesperadas y ruegos.
Entonces llegó a la puerta con la mano cargada de hormiguitas colocándolas en un frasco con cuidado, un hombre y una mujer escapaban por detrás del escenario cogidos de la mano pero nadie los notó. El escritor les miró con determinación plantándose un segundo como todo un personaje de novela heroica al que le faltaba en escena la capa, el viento y la colina:
—Hay historias que solo les pertenecen a sus protagonistas… ellos elegirán sus propias posibilidades.
Y se fue sin tocar la puerta sosteniendo las hormigas contra su pecho, no sin hacerles primero una señal con el dedo.


Carlos Eduardo García Torín
(Barquisimeto)

 Ilustración: James Needham

Creo en la reciprocidad del afecto. Gregorio Melendez (de nuestros más queridos presentes) . A gradezco a la ...






Creo en la reciprocidad del afecto.
Gregorio Melendez
(de nuestros más queridos presentes)


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Agradezco a la revista Madriguera por muchas cosas, una es el trato especial que le dan a la literatura venezolana actual, permiten que uno se conecte con los otros, la revista se perfila como una propuesta única en su especie, hay un poco de todo, -de cada sector- y avanza hacia la Venezuela que soñamos. Madriguera Revista, con certeza lo digo, tendrá años y años de vida.

José Miguel Navas









La constancia y la fe en la palabra son los ejes que mueven el hacer y el ser de Ediciones Madriguera, encarnadas en Ennio, Jennifer y otros tantos que militan en esa fe. El premio es un saludo pero la verdad está en el hacer auténtico de ustedes. Saludos cariñosos.

Raquel Tirado




Pienso en ustedes y pienso en refugio. Seguro por el nombre del colectivo, Madriguera, pero lo creo más porque en estos tiempos, sólo la poesía salva. Sólo la belleza, la amistad, las diversas formas de la ternura, todo ello hecho palabra, imagen, gestos; nos salvan. El tiempo pasa pero la vida queda; nosotros somos el tiempo y nuestras obras y palabras de alguna manera permanecen, latiendo, ocupando el lugar de la nostalgia. Para mí, ustedes como muchos otros amorosos, al decir de Sabines, “juegan a coger el agua, a tatuar el humo, a no irse.” Lástima que no nos veamos a menudo, pero que nos sea leve la distancia y que estas palabras escritas en el fragor cotidiano de estos días en los que revolotea alrededor un niño de tres años, sea mi abrazo y mi emoción por todos sus logros.

José Javier León



Merecidísimo premio, amigos de Madriguera. Me lleno de emoción, lágrimas y gozo. Se me paraliza el corazón. Qué hermosos son los sueños y más si se hacen realidad. Qué maravilloso es encontrar esos constructores de sueños y trabajar juntos, desde hace 10 años, con sus hojitas... luego los libros artesanales, pequeños -como mis cantos de alondra, los poemas de Lyerka Bonanno…- y con esta hermosa revista editada, con esa fotografía de la posada tan hermosa, mágica, de donde fueron saliendo cientos de poemas míos, todos los días, llenos de pájaros y trinos, ramas, por tantos meses; que han querido volar conmigo en las dos redes, entre mis mejores amigos. Seres maravillosos que están en mi corazón, en mi recuerdo, juntos, y sus dos violetas hermosas. Hemos soñado, construido, viajado, volado, y encontrado. Están en mis poemas, en mi libretica.

Luz Marina Almarza



Madriguera para mí no solo es una imprenta con posibilidades para todos, es una hacedora de sueños con gente maravillosa, se pone a tu lado para llevarte paso a paso por el camino de la edición con gran profesionalismo pero con la calidez de un amigo. Me encantan los detalles, las sugerencias que te permiten crecer. Para mí la edición de mi libro no fue solo un sueño cumplido, fue una experiencia editorial que me sigue acompañando y de la cual me siento orgullosa.

Así que puedo decir yo soy de la comunidad madriguera y eso me satisface enormemente.

Norys Pacheco



Madriguera es un espacio donde se ocultan las estaciones sentimentales que devienen en la palabra, con toda su carga espiritual, como fiel espacio cuyo talismán nos ofrenda el ser. Poesía, prosa, imagen, narrativa, visiones diversas con las formas cotidianas del tiempo.

Neybis Bracho



De musaraña supe desde el día que leyeron su manifiesto. Y lo confieso. No aposté por ellos. Dije: “Ah caraj. Un manifiesto. Tres meses le doy”. Pero Musaraña construyó una madriguera y me tapó la boca con poesía, con magia, con constancia. Me hicieron detenerme y decir: aquí pasa algo. Aquí se construye algo. Ya no sé cuántos años tenemos caminando juntos. Ellos más entusiastas. Más contentos. Más eclécticos. Más innovadores. Y yo tratando de llevarles el ritmo. No siempre lo logro. Encontrarnos para celebrar un logro es una excusa para reconocer los años de constancia, de palabra, de amistad, de poesía.

Emilis González Ordoñez



Es una gran alegría saber del reconocimiento a Ediciones Madriguera en el Premio Nacional del Libro 2016-2017. Desde hace años hemos visto como nuestros panas desde la aridez han roto los obstáculos de la edición, sumado a las condiciones desventajosas del interior del país con respecto a la capital. Desde el sol radiante de Coro "esa gente bonita" sigue apostando a romper los paradigmas de los monopolios y los mitos que rodean la creación literaria. Es una fiesta saber que estos hermanos de caminos han sabido adaptarse a los tiempos sin perder su esencia y humildad y sobretodo sus niveles de desprendimiento para apostar a la literatura sin egoísmos.

Guardo con mucha gratitud la edición de mi hoja poética y mis libros "Hasta que se quiebre" hermosamente cuidada, el apoyo al libro "Hilos de Cocuiza" en su presentación; y la edición de la Plaquette "Quemar la Hierba junto al Muro". También los gratos recuerdos de la Revista "Cubile". Espacios donde autores diversos llegaron a ser conocidos. Indudablemente parte de la vanguardia, de los pioneros en publicaciones alternativas del país, y ahora se suman en estos tiempos digitales sus innovadores aportes, en estos tiempos cruciales que nos toca vivir. Salud muchachos. Felicidades y que siga la Fiesta. Que no falte nuestro sagrado Cocuy.

Norys Saavedra Sánchez




La cultura debe ser enarbolada, clama ser prioridad para la sana transformación del país. La cultura es esa “Piel” sensible, lo es TODO.

El oficio editorial no es cualquier cosa, es alquimia, es magia, es creación. Parir libros es una tarea loable,  importante,  es hacer lo que nos gusta con amor y respeto hacia y por los otros, que somos NOS-OTROS .

Promocionar la lectura es ser un domador de fieras (me refiero a los libros ansiosos por ser leídos), es ser un encantador de palabras, es maravillarse con la imaginación para florecer,  es amar el vuelo constante con cada página y transportar a otros hacia el viaje extraordinario de la locura, disculpen quise decir de la lectura jajajaja.

Por tanta bonitura, mucha contentura. Celebramos el premio nacional del libro para Madriguera como sitio web que promueve la lectura ¡SALUD!  Hermosa labor MADRIGUERA, continúen sembrando, que la buena tierra, el astro rey,  la lluvia, el viento y la buena voluntad los acompañen siempre, para que sigan germinando y cosechando el país que soñamos.
GRACIAS por guerrear, mantenerse, motivarnos y por ser ejemplo para los que estamos gateando en estos fecundos caminos.

Toda mi admiración.

Con Amor.

Carolina Girón López



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En esta Venezuela convulsionada y afiebrada hay quienes no le dan tregua al cansancio e insisten en la construcción de nidos para resguardar la luz. Entre ellos están los necios amigos de la Madriguera, quienes no cejan en su empecinamiento por buscar y mostrar la fuerza creativa de nuestras voces: escritores jóvenes, novísimos, laureados, consagrados y raros, todos allí confluyen en un inventario lúdico de las buenas letras venezolanas. Gracias y que la generosidad, honestidad y amor por la palabra sigan latiendo en la Madriguera.

Giordana García Sojo




















S e es joven desde el momento en que se concibe una idea y se cree que es original, que antes no se ha escrito nada parecido. Vas al...


Se es joven desde el momento en que se concibe una idea y se cree que es original, que antes no se ha escrito nada parecido. Vas alimentándola y en el proceso encuentras que otros escritores tuvieron la misma idea y la trabajaron de una forma magnífica, tal es el caso del escritor falconiano Rafael Vaz, nacido en Coro el 27 de diciembre de 1900 y fallecido en Caracas el 28 de junio de 1959. Luis Alfonso Bueno dice de él que posee una fecunda obra lírica [...] es quien activa e influye para que se organice y divulgue la obra poética de Elías David Curiel (1871-1924).
Una clara muestra de su lirismo lo constituye el poemario titulado "Bajo el signo de Ceres" en donde crea un concepto entorno al alimento, específicamente 45 frutas, vegetales y hortalizas. Este libro fue publicado en Caracas en 1956 y abre con un comentario de Rufino Blanco Fombona, el cual hace el libro más apetecible al decir que:
"Rafael Vaz Capriles, es sin duda, uno de los buenos poetas de la generación del 1918 [...] el silencio ha sido su norma, silencio voluntario y fecundo. [...] Acaso débase a esta actitud de Rafael Vaz el que su nombre haya sido excluído de los cuadros que a menudo se insertan en nuestras antologías poéticas."
De allí que debe considerarse propicio reencontrarse con este autor lleno del sabor, humor, pulcritud y trabajo minucioso.

Cada poema responde a las normas de los escritores modernistas en cuanto a métrica, además de hacernos un recorrido por frutos tan universales y controversiales como la uva, la manzana, la naranja, hasta llegar a el dato -"nectáreo y feliz de mi pampa"- el semeruco, la urupagua, frutos autóctonos de nuestra tierra falconiana.

Por supuesto, no deja de lado los vegetales como la berengena, remolacha, tomate. Hasta llegar a los ahora famosos granos como las caraotas y lentejas. Dice de ellas:

La lenteja es fuente de vida, de fósforo.
Es pequeña y grande por altas virtudes.
Nadie ignora esto del Guaire hasta el Bósforo.
Se cosecha en muchas, muchas latitudes.
Por una lenteja, de apariencia exigua,
pugnan dos hermanos; y en el largo proceso
se conmueve toda la Historia -la antigua-!
La balanza cósmica vaciló a su peso!

Es un libro, jocoso, educativo, lúdico, de un conocimiento preciso sobre las propiedades de los alimentos del que no hay ningún tipo de desperdicio.
A pesar de considerarse un autor poco conocido en nuestra época Rafael Vaz publicó doce libros a lo largo de su carrera: Los paisajes del extasis, Cuarzo, Guija, Cantera Lírica, Llama votiva, Tiesto, Ancla, Pasos en la arena, La lámpara en el ara, Mármol y arcilla, El grano en el surco y Bajo el signo de Ceres.
[La manzana]

No sé lo que pasa, no sé lo que siento
Ante la odorante piel de la manzana.
Es fuente nutricia de mi pensamiento
Y clave divina de la Historia Humana!
Al nacer el hombre Adán se la implanta
Divide las almas con torpe enemiga.
La miro en el tránsito veloz de Atalanta;
Y un Ilustre Autócrata por ella se intriga.



[La lechosa]

La lechosa es única. Hago por su asunto
Que el verso no caiga, ni se deshilache.
Si se abre en dos párpados, me miran al punto
un millón de breves ojos de azabache.
El viejo dispéptico se zafa del yugo.
Adiós la dolencia! La mágica fruta
restaura y controla el gástrico jugo.
Si es ella la diosa mi rima es la gruta!


[La naranja]

La naranja nace ¡Oh gran efemérides!
Para hacer favores. Se ven vestigios.
¿No es esa la poema real de las Hespérides?
Raudal vitamínico, chorro de prodigios!
En su forma al mundo compendia; y arroba.
Ella brinda a Baco las horas serenas;
y al lado del cónyuge, en calle y alcoba,
la mujer contiene su mitad apenas!



[El coco]

En el coco tengo vaso, vino, hogaza.
Su largo penacho que mueve en silencio
recuerda el que luce la autóctona raza.
Él sabe el secreto triunfal de Juvencio.
Arde sobre el ara; y el bardo celebra
que el coco modesto que al canto lo asocia,
no esté satisfecho: se va de Ginebra
y en una zancada se mete en Escocia.



[La uva]

La uva condensa su cálido grumo.
Por ella locuras comete un Patriarca.
La testa más sólida la llena de humo.
En bodas y crímenes nos deja la marca.
Jesús la consagra ya próximo al leño;
y sólo por ella, por ella tan solo,
cualquier pobre diablo monta en Clavileño
madre de la risa, aliada de Apolo!



[El mango]

¡Oh mango maduro que ayer en el suelo
te topé en gran copia y hartose mi gula!
Hoy para encontrarte te busco en el cielo…
Hoy tu carne es oro y el oro simula.
Ignoro el prodigio que encierre tu pulpa.
Pero en el pretérito sin estar en mayo,
de muchas carreras tuviste la culpa.
En el mal del pecho a veces te ensayo!



[El dato]

El dato es nectáreo feliz de mi pampa.
En mi largo hilo quisiera ensartar
una a una las cuentas que resaltan tu estampa;
y en plena llanura echarme a soñar.
En Coro hay dos clases. El que va en canastos;
que nace en los brazos del cardón; y el otro
que llena con ruidos de gloria de fastos…
¡Es ella el ensueño que vuela en el potro!



[La chirimoya]

Es tan dulce y buena esta chirimoya
que en la mano tengo y al aire la lanzo,
que pospongo pluma al pincel de Goya
y dar en colores lo que yo no alcanzo!
Si una fruta es buena jamás lo preguntes.
Que buenas y ricas lo son todas ellas.
Ya es hora, ya es hora que así lo barruntes
y a su nombre digas las frases más bellas!



[La cebada]

La cebada es mina, mina de mi causa.
Hierro y manganeso. Por ella a la cita
del amor se vuelve después de la pausa;
y el hombre visita de nuevo a Afrodita!
Es factor de peso, de peso en el mundo.
Es espirituosa con delicadez.
Ofrece a la industria su aporte fecundo
y es un buen antídoto para la tristeza!



[El cacao]

Evoca el cacao doblones… pañuelos…
En pasados tráficos fue puntal robusto.
Humeó en las intrigas de nuestros abuelos.
Pone en lo mezclase fortaleza y gusto.
Recuerdo su siglo… El siglo más bravo
la colonia impera… Sol de Barlovento…
Trágico rebenque… Sangre del esclavo…
Aún lo político da su cognomento!



[La yuca]

La yuca es soberbia. Está entre las grandes
raíces vernáculas. Con ella sustenta
su trama biológica el ser de los Andes.
Que es fuerte, la Patria lo sabe y lo cuenta.
Ya se manipula la harina sabrosa.
Se ve un plenilunio! Se alza del budare!
Es la yuca andina que no es cualquier cosa.
Parece un emblema: es fécula y yare!



[La batata]

La batata es grata y es buena a su modo.
Entra en el sancocho con raro donaire.
En rica merienda le dan acomodo.
Pero es –yo lo digo- amiga del aire.
No sé si me entienden. Pero arguyo presto
que en quien la consume, sin medida y tasa,
en un peristáltico trajín muy molesto
prolonga su influjo afuera y en casa!



[El ajo]

He de hablar del ajo, pero he de hablar poco.
Ya lo hizo un grande Profesor de España
que bien alto puso el tema que tocó
al abrir en libros hermosa campaña.
Sirve para todo, para todo, hasta
para que nos dejen un instante a solas…
Las damas lo niegan en su plato; y basta
salir para verlo saltar en las “colas”…!



[La cebolla]

Ante la cebolla de júbilo vibro.
Su función es múltiple. Está en El Quijote:
pasa en una ráfaga por el basto libro.
Alimenta y cura. Su olor un azote.
En un artefacto el hombre lo aneja
y nadie recuerda sus dotes nativas.
Ya controla al tiempo: sus pasos refleja
y a todas las almas mantiene cautivas!



[La caña]

Y cito de último a la dulce caña
que chilla al mordisco feroz del trapiche,
que vierte su llanto, y la seca entraña
transmigra a la prensa, moderno fetiche!
Es santo y es pícaro el dios que la hizo.
Al birlibirloque de la ciencia eterna
albea en la mesa, cual leve granizo,
y forma un escándalo en cada taberna!

Nota al final: Los títulos de los poemas fueron incluidos para la presente selección. Originalmente salen señalados en el índice del libro.



Angélica Guevara
(Coro, 1996). Estudiante de educación mención lengua y literatura en la UNEFM. Participante del "Encuentro Jóvenes Creadores” en el año 2014, auspiciado por la UNEFM. En 2017 fue publicada en el canal “Espejismo del trópico” de Daniela Nazareth, con el poema Reminiscencias. Ha organizado diversos recitales. Actualmente dirige el círculo de lectura del libro Mujerícolas de Indira Carpio.
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