Entrevista a la escritora Esmeralda Torres, Ganadora del Premio Internacional de Poesía Ciudad de Mérida, México 2023.
Por Mariajosé Escobar
Según el veredicto que te otorga el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Mérida 2023 en México, tu libro posee: “hondura poética y el misterio de sus poemas que van descifrando un viaje hacia un lugar protegido: la casa”. La casa ha sido uno de los temas fundamentales en la poesía venezolana: ¿Qué te lleva a retomar esta tradición? ¿Cómo la actualizas con tu escritura? Y a tu juicio, ¿por qué crees que el tema de la casa es tan importante para los poetas venezolanos?
E: La casa es una de las preocupaciones primarias del ser. Todos tenemos la necesidad de un techo que dé abrigo y que permita la convivencia. Para las escritoras la casa es el espacio para la creación, en cualquiera de los ámbitos en el cual desarrollemos nuestro trabajo. En toda mi escritura está presente la casa como tema, en mis cuentos (Casa teñida de siena, La canción de la mañana, La piscina de Camelia, Puertas, Tres actos para morder una naranja, Calle Armario, s/n) en mis poemarios, principalmente en Resplandor de pájaro y en La noche de los tamarindos y ahora en este libro premiado Mudar la casa.
Las primeras casas que recuerdo en mis lecturas iniciales son la casa de María Eugenia Alonso, en Ifigenia que es la casa-cárcel. La casa-hacienda de Memorias de Mamá Blanca, que es la casa-paraíso y la casa de caramelo en “Hansel y Gretel” que es la casa de la muerte. Pero la que sin duda marcó mis lecturas de juventud es la casa de Antonia Palacios. Es la casa fértil donde también, en mi caso podía germinar la poesía. Incluso algunos fragmentos de sus poemas tienen presencia en mis libros a través del epígrafe.
Pienso que la casa está presente en la obra de los escritores en general, no solo los venezolanos, que lo está, porque la casa es el espacio de la memoria, es el espacio para la transformación, para el sueño, para la imaginación. Hay un fragmento muy especial que trato de memorizar pero me es imposible, vuelvo siempre a él. Está en su libro Ese oscuro animal del sueño que dice: “Se derrumbó la casa, una casa transparente donde el día se encendía y temblaba por la noche una densa oscuridad. Nada quedó de la casa, ni la luz en las paredes ni en el patio el resplandor. Sólo el silencio recorre el vasto espacio vacío y las palabras estériles con delgados filamentos que el viento disolverá. Yo me quedaré en la intemperie mirando la niebla en los árboles hasta que llegue la muerte, una casa que alza el tiempo y nunca se derrumbará”. (Palacios, 1991).
También según el veredicto este poemario surge del dolor por el abandono de una casa muy querida. ¿Consideras que la poesía surge siempre de la pérdida? ¿Es posible escribir poesía fuera del dolor? ¿Crees en la escritura como terapia?
E: Mudar la casa es, por fortuna, un ejercicio de la imaginación. Siempre existe la posibilidad, la amenaza de perder nuestro paraíso. Frente a ese escenario, imaginario por ahora, fue escrito este libro. Desde la resignación y el dolor, sí. La palabra terapia no me parece la indicada para nombrar lo que pienso y siento acerca de esto. Da la impresión que es algo indicado o procesado desde afuera, que depende de otro, se presenta desde lo externo, no. Creo que la poesía es la posibilidad para sobrevivir al dolor, a la herida grave, al infortunio, a lo inevitable.
Siempre me he preguntado qué cosas de nosotros permanecen en nuestras poéticas a lo largo de la vida y qué va cambiando con el tiempo, cómo incorporamos esos cambios a la experiencia poética ¿Cómo ha evolucionado tu poesía, qué sientes en ella distinto, qué se ha mantenido?
E: No lo sé. Creo que es muy poco lo creado hasta ahora como para poder hacer ese balance. Comencé a escribir poemas en el año 2010. Mi primer poemario es Diario para una tormenta del año 2013 que, aparte de que fue un tiraje muy pequeño, circuló muy poco entre los lectores. En general es lo que ha ocurrido con todos los 3 libros que le siguen a este. Para responder a esta pregunta tendríamos que tener un panorama distinto en el que deben participar los lectores. Es muy pronto para apreciar una evolución en mi trabajo poético y no creo que soy la indicada para describirlo. Lo que sí estoy segura que persistirá con el tiempo es mi compromiso con la escritura y el convencimiento de que solo quiero vivir para escribir.
Eres poeta y también eres narradora: ¿cómo conviven en ti ambas voces, la del narrador y la del poeta, ¿cómo elijes cuándo moverte en uno u otro lenguaje?
E: Cada una de esas voces las tengo bien diferenciadas aunque sé que por debajo de cuerda la poesía, y es que yo la dejo, es cómplice en mi trabajo narrativo. Suelo trabajar distintos géneros simultáneamente sin que esto me perturbe ni provoque confusión o que ocurra que alguno de los textos se insubordine y me plante una mezcolanza en las acciones, personajes o de imágenes. Jajajaja. Tal vez estaría bien que ocurriera, a ver qué sale. No debemos temerle a la mezcla de géneros. Lo transgenérico es un ámbito muy potente por donde transitan algunos muy buenos escritores y escritoras y donde yo en ocasiones me he asomado como complemento de lo que hago.
¿Crees en los límites entre los géneros o consideras que la escritura es una mixtura?
E: Como dije antes, no hay que temerle o rechazar esas mixturas que mencionas. Las experimento, creo en ellas, las busco. Para mayor ejemplo están mis textos Gabinetes de vanidades y Vitrina para burgueses, ambos en el libro de cuentos Tratado de la soledad. Son dos de los textos escritos recientemente cuyo resultado me ha provocado satisfacción.
¿Cuáles son tus influencias más importantes y qué has tomado de ellas?
E: Siempre me cuesta responder esta pregunta que hacen en todas las entrevistas a los escritores. Pareciera que funcionara como una transfusión de sangre o un acto premeditado que al leer a los maestros y maestras pudieras adquirir las cualidades de su escritura. Yo leo con devoción. Soy vehemente con la obra de los que me gustan. Pero siempre estoy cambiando, buscando. Puedo mencionar muchos, muchas. Cortázar, Borges, Chéjov, Poe, Youcenar, Piglia, Hemingway, Clarice Lispector, Alejandra Pizarnik, Antonia Palacios, Humberto Mata, Ednodio Quintero, Gustavo Díaz Solís. Ramos Sucre, Ramón Palomares, Gustavo Pereira, Luz Machado, Eugenio Montejo, Miyo Vestrini. Recientemente, estoy leyendo a más escritoras porque tengo el compromiso conmigo misma de buscar un equilibrio en mis lecturas. Casi nunca mencionamos a los críticos, a los ensayistas. En mi caso sería muy mezquino olvidarme de nombrar a Gaston Bachelard, Harold Bloom, Eduardo Gasca de cuya mano he recorrido con unos pocos aciertos el camino de la literatura.
Te has movido por distintos lugares de nuestro país en tu experiencia vital. ¿Cómo ves la relación entre el lugar y tu voz poética? ¿Consideras esta una relación importante?
E: Solo he hecho vida en Ciudad Bolívar, donde nací, y en Cumaná donde vivo desde los 18 años. Ambas ciudades están presentes en toda mi narrativa y mi poesía. Son un personaje más en mis cuentos y un elemento en mi poética. Cuando no puedo escribir, cuando no sale nada, camino algunas calles de Cumaná y siempre algo bueno resulta. La luz de Cumaná en ciertos meses del año es un detonante para escribir. El río que la atraviesa, la sierra del Turimiquire vista de lejos, las rojas colinas de Manicuare y Araya. Pero es indiscutible que la presencia del Orinoco, sus lagunas y la ciudad, su centro histórico, son las imágenes más memorables que conservo.
¿Cómo ves el rol de la mujer en la poesía? ¿Crees que existe tal cosa como una escritura femenina? ¿Crees que las mujeres actualmente en Venezuela tenemos suficientes espacios de publicación? ¿Qué poetas venezolanas mujeres actuales recomendarías leer?
E: Creo que hay Escritores y Escritoras. Hay quienes logran escribir obras memorables y otras que no lo son. Lo demás son vicios e imposiciones del sistema patriarcal y del mercado editorial y que ambos son inclementes en función de obtener los mayores intereses. Pienso que hay que leerlas a todas. No creo que le haga bien a nadie especialmente si yo digo su nombre y que haya que leerla para que ocurra algo a su favor. Yo leo géneros, principalmente narrativa y poesía, todo lo que puedo comprar o leer prestado de las bibliotecas, de los amigos. Finalmente, quiero decir respecto a tu pregunta sobre los espacios de publicación, si son suficientes o no para las mujeres. Me parece que las políticas editoriales siempre son insuficientes, para todos. Siempre van a existir escritores y escritoras que no vean publicados sus libros. Pero debe haber un plan de inclusión que genere beneficios para que las autoras y autores puedan percibir beneficios por el trabajo que realizan. Debe normalizarse lo concerniente a los derechos de autor, apoyo para la compra de equipos, mayor cantidad de becas de creación, residencias de escritura en otros países previo a la presentación de un proyecto literario. Mayor presencia de las escritoras y escritores en las ferias internacionales del libro, en los festivales de poesía. El oficio del escritor y de la escritora no es un hobby que se cumple para la recreación de un público, esto es un trabajo exigente y esencial para la construcción de un mundo más humano. Por supuesto, donde el estado, principalmente, sea el garante de acordar una tabla que permita que percibamos beneficios por el trabajo que realizamos, sin distingo de géneros, con equidad y justicia. Para terminar, porque esta respuesta va muy larga debido a la importancia que tiene para todas y todos, hay que pensar que hay vida, talento y mucha buena literatura más allá de Caracas. A raíz del premio en México varios medios de comunicación han querido entrevistarme. Sin embargo, todos dan por sentado que vivo en Caracas y la cosa llega hasta allí. Deben existir políticas y planes que incluyan a todos los escritores del resto del país. Hay mucho camino por recorrer todavía para que esto cambie. Sobre todo a nosotras las mujeres, nos toca.
¿Qué poetas jóvenes de Venezuela consideras que hay que leer?
E: A todas y a todos. Apoyarlos, asistir a sus recitales, comprar sus libros, regalar sus libros para que otros tengan la oportunidad de leerlos, leerlas. Hay mucha, mucha buena poesía haciéndose. Es felizmente sorprendente el panorama de nuestra poesía, en el presente y en el futuro.
¿Qué consejos darías a los jóvenes escritores?
E: Que lean mucho. Que trabajen a diario, que no abandonen sus proyectos. Pero sobre todo, que no compitan entre ellos y ellas, no es necesario. También podría decir que le den tiempo a sus trabajos poéticos, que les permitan madurar.
¿Tienes algún ritual para escribir?
E: Ninguno.
Esmeralda Torres
(Ciudad Bolívar, 1967) Poeta y Narradora venezolana. Es Licenciada en Castellano y Literatura por la Universidad de Oriente. Ejerce como bibliotecaria y promotora de lectura desde hace más de 29 años en Cumaná, la ciudad donde reside. Fundadora de la Bienal Cruz Salmerón Acosta que se organiza en la península de Araya. Invitada al Encuentro de Escritores Venezolanos, organizado por la Cátedra de literatura José Antonio Ramos Sucre en la Universidad de Salamanca, España, en el 2011. Dicta talleres de creación literaria para jóvenes y adultos. Préstamo circulante es una columna semanal de consejos para escritores que publica en la revista Épale Caracas. Premios: Premio Internacional de Poesía Ciudad de Mérida, Yucatán México, 2023 con el libro Mudar la casa; Premio Nacional de Literatura Solar, mención Poesía 2022; Premio Nacional de Literatura Stefania Mosca, mención cuento – 2021; Bienal Nacional de Literatura Orlando Araujo, mención cuento – 2018; Bienal Julián Padrón, mención novela -2012; Bienal Literaria Ramón Palomares, mención cuento -2011; Menciones honoríficas: Premio Casa de las Américas 2023 en el género cuento por su libro de cuentos La noche de la casa; Finalista Concurso de Cuentos Ciudad de Pupiales-2019, Colombia, que organiza la Fundación Gabriel García Márquez; Bienal Literaria Gustavo Pereira, mención poesía -2011; Bienal Literaria Eduardo Sifontes mención cuento -2004; Concurso de Cuentos Esta Tierra de Gracia mención cuento -1995. Publicaciones: Historias para Manuela (2009); Cuentos de última noche (2010); Un hombre difícil (2011); El canto de la salamandra (2013); Diario para una tormenta (2013); Callejones sin salida (2019); Resplandor de pájaro (2020); El libro de los tratados (2022); La noche de los tamarindos (2023); Diario de Ceniza (2023). Sus poemas han sido publicados en diversas antologías, revistas y sitios web alrededor del mundo.
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