Entrevista de Ana Cristina Chávez a Nancy Cavallaro Orence y Édgar Hernández García, creadores de la Sala de Lectura y el Taller Editoria...

El Gallo Pelón lee, juega, y edita libros en Maracaibo

Entrevista de Ana Cristina Chávez a Nancy Cavallaro Orence y Édgar Hernández García, creadores de la Sala de Lectura y el Taller Editorial El Gallo Pelón en Maracaibo.

Por Ana Cristina Chávez Arrieta

C.N.P: 10.387 

¿Quieres que te cuente el cuento del Gallo Pelón?, pregunta Nancy. ¿Vos conocéis el cuento del Gallo Pelón?, ¿queréis que te cuente el cuento del Gallo Pelón?, consulta Édgar. Sííííííí, respondemos, dando inicio a esta entrevista, movida por el juego y el espíritu infantil que no nos abandona, aun en la adultez que empieza a crujir y a rechinar en el esqueleto.
Nancy, Édgar y Silvia son integrantes de este emprendimiento familiar que traspasa fronteras y que en tiempos de pandemia, redes sociales y youtube, mira y entiende el mundo de otra manera. La sala de lectura y juego editorial El Gallo Pelón, creada el 27 de agosto de 2018, ganadora en el año 2020, del Premio Municipal de Periodismo a la comunicación militante, comunitaria, alternativa, libre y popular “Vidal Chávez López”, que otorga la Alcaldía Bolivariana de Maracaibo, y de la mención especial en el IV Foro Nacional de Experiencias Significativas de la Misión Cultura, ha desarrollado una labor importante de promoción de la lectura dirigida a niños y niñas de 0 a 100 años de edad, diseñando libros digitales y artesanales.


“Había una vez una mata de mango”, texto colectivo de los participantes de la Sala Taller  El Gallo Pelón, elaborado primero en versión cartonera y posteriormente llevado al formato digital, junto al relato “El señor gallo y el pez-gallo”, de su fundador, Édgar Hernández, son parte de los trabajos que pueden disfrutar en sus cuentas de instagram, facebook y en sus blogs.
Un universo mágico se recrea en cada una de las producciones audiovisuales que nos presentan: flores, animales, árboles, estrellas, mares, barcos, personas, todos navegan juntos al ritmo de versos y canciones que nos invitan a jugar y a soñar. Aquí no verán egoísmo, solo recibirán belleza y ternura a manos llenas, por eso el creador de este proyecto asegura: 
“Cuando algún artista, poema, héroe, música nos atraviesa el alma y va abriendo caminos en la conciencia, lo compartimos, agarramos un pedazo de eso como un pan y lo compartimos, como lo vemos o sentimos”. 
Pero este trío no está solo, lo acompaña parte de su familia: Veruscka, Aquiles, Karla y Luna. Así, gracias a la cercanía que brinda la virtualidad, Maracaibo, Caracas y Viena están a solo un click de distancia.


¿Cómo surge la idea de la Editorial El Gallo Pelón?, ¿Qué querían lograr con este proyecto?
NANCY: En el año 2016 nos sumamos a un trabajo cultural en una Base de Misiones junto a unos noventa muchachitos y muchachitas, la idea fue desarrollar una serie de talleres en las diferentes áreas artísticas: música, danza, pintura y, por supuesto, literatura. A Édgar y a mí nos correspondía esta última y diseñamos un plan al que denominamos “Taller de Arte y Juego Editorial El Gallo Pelón”, porque nuestra intención era hacer una sala de lectura que estuviera dotada con libros hechos por nosotros mismos a partir del acercamiento afectivo a los cuentos y a la poesía. Pensamos que generar un espacio de encuentro con los niños y las niñas para leer juntos, conversar, imaginar, descubrir, experimentar con el lenguaje y con nuestras manos es la mejor manera de devolverle a la infancia algo de lo que el mundo adulto les ha quitado y como retribución, Édgar y yo aprendemos muchísimo. De manera que la intención del juego editorial es jugar a hacer libros y luego, paralelamente a este juego, nos montamos en un proyecto familiar con mis dos hermanas, sobrina y sobrino, en hacer de Ediciones El Gallo Pelón una apuesta a soñar con algo más grande, para editar libros infantiles, en principio, de forma digital y con alcance internacional.

ÉDGAR: Antes que editorial, primero hay una categoría muy importante para nosotros, que es el juego, relacionado con la alegría y la infancia, porque tratamos de vincular el proceso de aprendizaje, de investigación y acción, con la capacidad de asombro y de observación puesta en práctica, y tensión con quien aprende y ve las cosas por primera vez. A partir de la intención de promoción del libro y la lectura como herramientas para la estructuración o construcción de la conciencia, que se hace a partir del manejo de referentes históricos y culturales, generamos las ganas de saber el por qué de las cosas, el para qué y por qué funcionan como funcionan. 


¿Por qué decidieron colocarle el nombre de El Gallo Pelón?
N: El Gallo Pelón es un cuento de nunca acabar, un juego con el lenguaje con el que los más grandes nos hacían enfurecer en nuestra infancia: ¿quieres que te cuente el cuento del Gallo Pelón? –preguntaban– y uno respondía "sííííí", entonces comenzaba el juego: "no es sííííí, es que si quieres que te cuente el cuento del Gallo Pelón", y así continuaba hasta el cansancio. El Gallo Pelón es juego, es cuento, es infancia y es tradición, cuatro elementos que siempre hemos querido resaltar en lo que hacemos.
E: Porque ese nombre está en el imaginario de los pueblos, en la cotidianidad, porque quien no se sepa el cuento del Gallo Pelón hay que contárselo y porque el nombre en sí ya es una tentación para preguntar quién es o para hacer recordar a quien ya lo conoce.

LA SEMILLA QUE GERMINA

Édgar, quien se define como una persona curiosa, confiesa que su pasión por los libros comenzó siendo un adulto, aunque tuvo unos primeros acercamientos en su infancia: 
E: Una vecina me regaló tres libros, recuerdo que eran dos cuentos y uno era escolar, de esos que tiene varias materias: lenguaje, matemática, geografía entre otras cosas, la verdad ahorita no recuerdo el nombre de los cuentos, sé que sus ilustraciones eran muy bonitas, eran niños como hechos de barro o plastilina, el otro era el cuento de una dientona que yo relacionaba con una vecina por la casa y las cosas que describía de esa mujer todas me remitían a esa señora, en el libro de varias materias hice un recorrido por Venezuela y las distintas plantaciones que había en cada región, cuando salté al área de lenguaje me encontré con una canción que decía así, o un poema: 

Al pasar la barca
me dijo el barquero
las niñas bonitas
no pagan dinero.

Yo no soy bonita
ni lo quiero ser
yo pago dinero
como otra mujer.

La volvió a pasar
me volvió a decir
las niñas bonitas
no pagan aquí.

Que terminé cantando como si fuese un rap a mis primos, desde ese entonces no volví a leer más nada, más allá de las tareas del colegio, hasta que entré en la Universidad Bolivariana y conocí a un tal Mario Benedetti en una antología de poesía de varios autores que me dejaron loco, a Pablo Neruda, con sus 20 poemas de amor y una canción desesperada, a Horacio Quiroga, a un señor llamado Ernest  Hemingway con el libro Por quién doblan las campanas que creo que fue mi primera vez de mediador porque cuando comencé a leerlo invité a un primo a que lo leyera y cuando nos veíamos nos preguntábamos por quién doblan las campanas.
En la universidad nos habían dado una caja de libros como con 20 títulos y con la llama encendida por algún profesor que nos leía maravillas en los pasillos o el patio de la universidad, uno regresaba de allá y se encerraba a leer y leer con diccionario en mano, porque los referentes eran tan pocos que ameritaba uno, que por cierto eso si lo leía antes, porque me encantaba buscar palabras raras para ofender o mamar gallo a alguien con alguna.
Comencé a leer muy tarde. Digamos, a leer libros más allá de saber leer las palabras escritas, y creo que es un derecho humano que hay que democratizar más, aquí se ha hecho mucho para garantizar ese derecho, pero así como yo comencé a leer tarde, ya adulto, hay otros a los que no les ha llegado aún y es necesario que llegue y que llegue de la manera más amena, para alegrar, o hacer pensar, o acompañar una tristeza o darle más fuerza a un enfado, pero sobre todo para ponernos en capacidad, para liberarnos colectivamente del aplanamiento de la cultura, de la barbarie, de la nada que nos quiere tragar, desaparecernos y volvernos insensibles, inhumanos.

En contraste, Nancy afirma: 
N: En mi casa siempre hubo libros y gente que me leyó. Primero mi madre, me leía un libro hermoso de Neida Atencio, titulado Castillos de Arena y también me regalaba versiones de los clásicos europeos: Caperucita, Hansel y Gretel, El rey Midas, entre otros. También me leía a Aquiles Nazoa y me contaba cuentos que ella inventaba. Luego fueron mis hermanas, especialmente Veruscka me leía todo tipo de cuentos largos y cortos, me entusiasmaba su entusiasmo así que luego regresaba a esos cuentos y los leía una y otra vez. También tuvimos amigas y amigos de mi mamá que nos regalaban libros y los leíamos en soledad y en familia. 
La lectura en nuestra casa siempre fue una actividad compartida y natural. Disfruté mucho cada uno de esos momentos y cuando Édgar y yo nos planteamos el primer proyecto de lectura, en 2014, con la Red de Comunidades Lectoras, la idea era, precisamente, partir de nuestras propias experiencias de lectura para desarrollar un plan colectivo, ése es el antecedente inmediato de lo que luego se convirtió en la Sala de Lectura Gallo Pelón, un espacio para crecer, para la memoria compartida, para leer el mundo y leer cuentos y para divertirnos. Nos gusta leer, que nos lean y leerle a los demás, así que realmente lo hacemos por gusto.



LA LABOR CREATIVA


Además de ser editores y formadores, escriben e investigan ¿Cómo vinculan ese trabajo con lo que desarrollan en Ediciones El Gallo Pelón?
N: Lo vinculamos principalmente al trabajo de la Sala de Lectura, el encuentro con los niños y las niñas participantes es lo que nos brinda la oportunidad de ampliar nuestras experiencias tanto en el intento de escribir como en el de reflexionar sobre el proceso de promoción y mediación de lectura, sobre la infancia, sobre la literatura infantil, sobre el juego… Luego, en Ediciones El Gallo Pelón, lo que hacemos es producir contenidos basados en esta experiencia y en los recuerdos de nuestra propia infancia.

¿Cómo está conformado el ecosistema digital de Ediciones El Gallo Pelón?, ¿cuáles son las plataformas y cuentas en redes sociales?, ¿qué diferencias hay entre los contenidos que divulgan en cada medio?, ¿cuáles son las similitudes?, ¿responden a algún plan de trabajo, a alguna estrategia?
N: Primero debo decir que todo parte de una “mesa de trabajo” a distancia conformada por la familia de Ediciones El Gallo Pelón. Desde Maracaibo, Edgar, Silvia y yo; en Caracas, Veruscka y Aquiles; y, finalmente, en Viena, Karla y Luna, así que los planes surgen en discusión desde un grupo de WhatsApp y ocasionalmente por video llamadas. Allí nos trazamos metas, roles de cada quien, compartimos productos, corregimos, proponemos, estudiamos y también nos divertimos. Tenemos la página Facebook Ediciones El Gallo Pelón y la cuenta Instagram @elgallopelon.ed manejadas por mi sobrino Aquiles y el blog edicioneselgallopelon.blogspot.com que manejo yo junto a las redes propias de la Sala de Lectura. Asimismo, tenemos la tienda digital Ediciones Gallo Pelón en la plataforma Etsy y próximamente contaremos con la cuenta en Amazon, manejadas ambas por mi hermana Karla.
Para las redes digitales Facebook e Instagram, la intención es promover el juego y la lectura, mostrar lo que somos como familia y eventualmente mostrar nuestros productos digitales. El blog se inclina más hacia la reflexión sobre los temas que a madres y padres puedan interesarle sobre la lectura, los libros y la infancia, recomendar lecturas, compartir experiencias y ampliar teóricamente algunos temas que queremos resaltar. Finalmente, a través de la tienda Etsy queremos generar los recursos necesarios para mantener el trabajo en el tiempo y consolidar una editorial especialmente diseñada para niñas y niños.
Lo que sabemos de las estrategias digitales es lo que nos brinda la intuición, nos mueven nuestros propios gustos y la intención de generar algo cálido, con identidad y que podamos tener una presencia permanente. Hacemos planes de trabajo que intentamos cumplir en los tiempos que nos proponemos, es un trabajo arduo en el que todos nos empeñamos: desde las ilustraciones hechas por Veruscka, en su mayoría, hasta la redacción de los más sencillos o complejos textos, requiere de nuestro compromiso a diario.”

¿Cómo es el proceso creativo de un video y de una publicación tipo post, desde que surge la idea, toma forma y se concreta?, ¿cómo se distribuyen las tareas creativas y de realización?
N: Pues, como todo proyecto. Inicia con las ideas que ponemos en discusión para darles forma e identidad, posteriormente cada quien asume su rol: ilustrar y diseñar les corresponde a Veruscka y a Aquiles, la producción audiovisual le corresponde a Édgar, escribir nos corresponde a Karla y a mí, y Silvia y Luna son quienes hacen el control de calidad: dibujan, proponen colores, temas, nombres, ideas sobre las que vamos trabajando, y entre todos corregimos y aprobamos. Nos enamoramos de cada cosa que hacemos y creo que eso es lo que mostramos al final.

El próximo 27 de agosto cumplen tres años de labores, ¿cuáles son los logros más significativos alcanzados en este tiempo?, ¿qué instituciones públicas y privadas, personas y otras editoriales los han apoyado y de qué manera?
N: El 27 de agosto es el aniversario de nuestra Sala de Lectura, que aunque no es lo mismo que Ediciones El Gallo Pelón es la base que sostiene la idea germinal, al fin y al cabo, allí nació lo que denominamos juego editorial y juego audiovisual. Logros hemos tenido muchos, del que puedo hablar con certeza es de lo mucho que he aprendido, tenemos la participación activa de un grupo de niños y niñas, tres libros cartoneros elaborados con ellos, alrededor de 20 producciones audiovisuales que resaltan la poesía venezolana y el logro más inmediato es precisamente la consolidación de un emprendimiento familiar llamado Ediciones El Gallo Pelón.
Para la Sala de Lectura el apoyo institucional que nos brindó en su momento Yolanda Delgado a través de la Biblioteca Pública del estado Zulia María Calcaño y la Red Nacional de Bibliotecas, con la donación de libros, fue importantísima para arrancar el proyecto y posteriormente un financiamiento que nos otorgó en 2019 la Alcaldía Bolivariana de Maracaibo. De esa fecha hasta acá, todo ha sido un esfuerzo del equipo y el apoyo de amigas y amigos que no nombro para no correr el riesgo de omitir a alguien pero que con recursos, difusión, palabras de aliento y solidaridad han estado siempre presente.

¿De los trabajos publicados, con cuáles se sienten más identificados y les ha generado mayor satisfacción?
N: Sin duda, para mí ha sido la obra El señor gallo y pez-gallo escrito por Édgar, porque siento que resume todo lo que el mundo adulto debe accionar ante la infancia: dejar ser como es al que es. Es una obra que editamos de manera muy “artesanal” en la Sala de Lectura y que retomamos en esta nueva fase de Ediciones el Gallo Pelón en una segunda edición, con unas ilustraciones extraordinarias y que es nuestra primera obra, hecha en colectivo, disfrutada y amada por toda la familia.

¿Qué opinan sus estudiantes, amigos, familiares y seguidores acerca del trabajo que ustedes desarrollan?
N: El trabajo ha gustado mucho, lo sentimos porque están pendientes de lo que vendrá, porque lo difunden y porque nos invitan a participar en actividades relacionadas a lo que hacemos. Cuando nos dicen: “a mi hijo le encanta el video tal”, ya puedo decir “estoy conforme”. Familiares, amigos, conocidos y desconocidos nos hacen saber que es un trabajo bonito el que hacemos y esa es la idea, hacer cosas bonitas sin mayores pretensiones que tocar las fibras más sensibles del ser.


TIEMPO EN CASA


En tiempos de pandemia todos de cierta forma nos hemos reinventado, en cuanto a prácticas cotidianas, actividades laborales, vida en familia, posición ante la vida, ¿cómo se han reinventando ustedes como equipo editor para no enloquecer y poder adaptarse a la nueva realidad?
N: Aunque parezca extraño debo decir que la pandemia, aunque nos ha quitado seres amados, también nos ha dado el tiempo que necesitábamos para la creación. Ver hacia dentro, detenernos en el tiempo y el espacio, estrecharnos en nuestro núcleo familiar y extrañar a amigos y lugares nos ha servido para tener una lectura distinta de la vida, generar otro tipo de vínculos y de dinámicas de estudio o trabajo para nada desdeñables. Me paso el día entre tareas domésticas, escolares y laborales como si fueran la misma cosa porque construimos una especie de hilo que enhebra una cosa con otra y al final del día estoy satisfecha. Sin este tiempo en el que el mundo se detuvo, probablemente no habríamos producido tanto ni habríamos logrado consolidar este proyecto familiar.

HABÍA UNA VEZ UNA NIÑA LLAMADA SILVIA


Mención aparte merece la menor de la familia Hernández Cavallaro: Silvia, de seis años de edad y estudiante de primer grado. Ella protagoniza varias actividades de El Gallo Pelón, porque revoloteando, con sus alas pequeñas, fuertes y cantarinas brinda ideas al trabajo  colectivo. “Desde que Silvia nació me dediqué a asombrarme con cada detalle de la niñez, así que procuro vincular lo que hago a esos detalles fascinantes”, revela Nancy.

Constituyen una familia que promueve la lectura, la pequeña Silvia está presente en muchas de las historias que comparten en redes sociales, ¿cómo describirían su función y rol dentro de Ediciones El Gallo Pelón? 
N: “Silvia es el centro de nuestro universo, ella, la verdad no ejerce ningún rol más que ser ella misma. Nosotros nos dedicamos a aprender con ella y de ella y llevar un poco de su sabiduría a nuestra propuesta. Luna también tendrá una participación importante. Ambas son la medida de nuestro trabajo y sus aportes son completamente considerados porque al pretender hacer una propuesta para niñas y niños es fundamental una visión verdaderamente infantil, así que ellas son el mundo de fantasía tan necesario en estos tiempos.

A Silvia, como a todos los niños y niñas, le gusta reír, así que para ella lo más divertido que tienen sus padres es que le hacen cosquillas; de El Gallo Pelón le agrada cómo se realiza el trabajo. Su mamá le ayuda a recordar cómo es la metódica: “escribimos, le ponemos colores, unas cositas de dibujo y buscamos poemas en los libros, los leemos y decimos este sí y este no, por eso cada video es distinto”. 
“De los videos me gustan toditos”, asevera, con la dulce firmeza de su voz infantil y un gesto amable que se adivina a través del teléfono. Cuando responde, sonríe con picardía y nos cuenta que prefiere que su mami le lea, pero que además lee sola cuando quiere aprender algo nuevo, como el idioma inglés, por ejemplo. Aunque también lo hace cuando la invitan. Conclusión: La mayor parte del tiempo está leyendo, además ve televisión, cumple con las tareas, acompaña a sus padres a comprar en el mercado, juega con plastilina, y construye casitas para las muñecas, “antes, ya no”, aclara. Por cierto, es la asistente de cocina de su papá y no deja de correr, saltar y dar vueltas en su apartamento.
Como es una ávida lectora, tiene la autoridad para recomendarnos algunos textos: “Roberta”, “Dragón y gato panzón”, los libros de poesía para niños de Luis Alberto Crespo y de Alberto Arvelo Torrealba, al igual que “Un pingüino en Maracaibo” de Salvador Garmendia, un relato que El Gallo Pelón llevó a video, son sus preferidos. Silvia indica que nos sorprenderemos, porque “¿Quién ha visto un pingüino aquí en Maracaibo?, ellos están en el norte o en el sur” (refiriéndose a los polos). 
Siguiendo los pasos de sus padres, a su corta edad ya ha elaborado tres libros. Como buena maestra, nos explicó con detalle los procesos: 

SILVIA: Para Sofía y la familia Oso, agarré hojas reciclables, las puse acomodadas, como dobladas y luego las engrapé, y luego escribí el cuento, hice unos dibujos en blanco y negro. Se me ocurrió cuando mi mamá estaba haciendo unos libritos del Gallo Pelón y yo hice igual, por eso me intereso en hacer libros.

Como parte de las asignaciones escolares, escribió una historia titulada La sirenita y el caballito de siete colores, y también diseñó un minilibrito, según sus palabras, aunque Nancy acota que es un minibestiario. “Hice un libro de animales, me ayudó mi mamá y lo hice con cartulina morada y una cinta amarilla para pegar cada página en cuadros chiquitos, en cada cuadro pegué unos animales que recorté y dibujé. Una jirafa, un león, tigre, gato, perro, conejo, oso...”
Como queremos aprender, le pedimos una recomendación para aquellos niños y niñas a los que no les gusta leer: ¡Que inventen! –contestó. Y cuando preguntamos cómo al equipo de Ediciones y la Sala de Lectura El Gallo Pelón se le ocurría tantas cosas bonitas y divertidas, con total naturalidad me dijo que ella los ve ¡Trabajando!
¿Quieres que te cuente el cuento del Gallo Pelón?


Para conocer el trabajo de Ediciones El Gallo Pelón y la Sala de Lectura, ingresa a:

Facebook:     Ediciones El Gallo Pelón  /  Sala de Lectura El Gallo Pelón

Instagram: @elgallopelon.ed  /  @salagallopelon




Ediciones El Gallo Pelón es una propuesta nacida en la ciudad de Maracaibo a partir de la Sala de lectura y juego editorial El Gallo Pelón (27 de agosto de 2018), de manos de Nancy Cavallaro Orence y Édgar Hernández García. Ella, licenciada en Educación mención Lengua y Literatura, docente del Programa Educación de la Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt (UNERMB). Él, Técnico Superior Universitario en Producción de Medios de Comunicación, Licenciado en Comunicación Social y profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Forman parte del equipo de Misión Cultura en el estado Zulia y son los padres de Silvia, de seis años de edad, a quien le gusta que le hagan cosquillas y participa activamente dibujando, leyendo y escribiendo textos. 




Ana Cristina Chávez

Licenciada en Comunicación Social, Magíster en Gerencia de Recursos Humanos, docente ordinaria con la categoría de Agregada en la Universidad Politécnica Territorial de Falcón Alonso Gamero.

0 comentarios: