Selección poética de Milagro Meleán.

Miyó Vestrini - Poesía

Selección poética de Milagro Meleán.

Por Milagro Meleán 

Prólogo

Situarse en el poema y asirse en él para resguardar y purificar lo que somos desde lo profundo y lo cósmico, pudiera ser una noble manifestación álmica. Partiendo de esta afirmación; el lector que se encuentra con la poesía de Miyó Vestrini se sumerge en un recorrido casi confesional a lo largo de la aparición de rostros y cuerpos que experimenta Vestrini.

Si llegamos al lago, a la cafetería Las Mercedes detrás del Lía Bermúdez o al bar Piel Roja;  a lo mejor vemos a esta mujer de labios pintados de rojo, grandes gafas y “estómago abultado/por los espaguetis de Portofino/ por las fabadas del Guernica/ por los pasteles de coliflor de mi madre/ por los largos tragos de cerveza y ron” . Sospecharíamos tal vez, que se trata de aquella periodista premio nacional de periodismo o de alguna mujer poeta que toma cerveza con los miembros de Apocalipsis.

Entonces veríamos en el libro Las historias de Giovanna (1971), el espejo del frío interior reflejándose en la metáfora, en el imaginario de aquella Giovanna. Un libro con tonos de diario, una posible dolorosa bitácora escrito en prosa y verso. En la primera forma se muestra Giovanna, su día a día impregnado por el salto hacia otra tierra, una patria dulcemente nueva y difícil. 

Los poemas escritos en verso manifiestan la observación poética, Vestrini haciendo uso o siendo medio para la conformación del poema que en ella es posible y se gesta.

El libro El invierno próximo (1975), se construye cálidamente alrededor del frío. El invierno introspectivo. Los poemas son de corto aliento en su mayoría, como respiración entrecortada si ahoga el oxígeno o si subiendo una cuesta el frío se vengara de la osadía del respiro. Miyó Vestrini viene entonces tejiendo el lenguaje o el tono de una poesía tajante, frontal y ruda, definiendo a lo largo del camino su Ars. 

Cada libro de Vestrini se fundamenta en las formas del grito; una marcada metamorfosis del dolor. Poemas de una mujer que profundamente se encamina hacia la muerte; establece pactos de catarsis a medida que avanza la consolidación de cada una de sus obras. 

En 1986, publicaría su libro Pocas virtudes escrito como algún recuerdo marchito que le incita a un poema que se topa con la devastación de algún fracaso, o algún método fallido, para ella, sobre el posible acercamiento a la vida. Según Carmen Virginia Carrillo: “el poema se convierte en ese espacio polisémico en el que se estructura un orden simbólico, este se da cuenta de la fragmentación y la desintegración de una mujer impotente frente a la hostilidad de un mundo que no pareciera ofrecer salidas más allá del sufrimiento o la muerte” 

Póstumamente se publicaría el libro Valiente ciudadano, transformado en una  oración inicial pide a Dios la muerte. Una muerte que enfurezca, le invita (a Dios) a pasear a su lado como un rito cargado de cotidianidad, como un diálogo entre confesor y confesante. 

Existe entonces, una aproximación a la visión de la muerte como un hecho que se plantea desde la concepción del cansancio por la monotonía de los tragos repetidos de ron, del cigarrillo eterno, de las papas peladas en la cocina, de caminar por los mismos lugares para llegar al mismo lugar, de situarse en la cama después de comer y mirar la TV; de escuchar sin remordimientos la misma forma del desamparo, el abismo traumático en medio de las voces y el resentimiento por la mujer bonita  que no tiene un ojo chueco ni los labios negros de nicotina, ni ojeras existencialistas. La muerte en Miyó Vestrini es el ansío de hallarla, de conocer lo que fulmina. 

En la presente selección daremos un paseo por todos sus libros de poesía incluyendo poemas inéditos. Recordando en Vestrini la voz valiente y aislada en la poesía femenina de su época, pero no significa que esa voz no camine y se gesticule preciosamente siendo una mujer, que se encuentra ensimismada por el mundo y en el mundo; transitando entre el devenir, el trabajo y lo urbano en una poeta que fluye en la ciudad, segura y fuerte aunque el dolor y la ausencia batalle en su interior.  



LAS HISTORIAS DE GIOVANNA (1971)

***







Hacíamos votos por una dulce muerte

y hoy,

continente de flores claras,

sofocadas por el humo de los hornos,

sabemos que cierta forma de morir más ruda

nos espera.

¿Lo sabías tú, Giovanna?

Después de ti,

tantas otras han muerto,

pero ninguna de ellas por razones

tan buenas como las tuyas.

Sonabas los dedos al cruzar la esquina,

para que te trajera buena suerte,

decías,

gritando no se sabe qué cosa,

la chaqueta azul,

los cuatro botones dorados,

los zapatos de lona y el viento

revolviéndote los cabellos.



Todo mezclado, Giovanna

como esa neblina que enturbia la fuente de la plaza

y nos llama a la dulzura de una sola estación.

Pequeña trampa cotidiana,

para echarnos

de cara al cielo,

para no advertir

sangre y agua y frutas,

temblor en los ojos de los vivos,

prisa en los ojos de los muertos.



He andado el país, Giovanna

de nada sirve haber amado tanto la lluvia,

el olor del mar,

los revolcones en la hierba,

flores claras del continente,

idioma brutal,

these things you don´t forget,

insoportable, Giovanna,

aquello que golpea desde adentro

largo dolor jamás concluido

descubierto un día,

hace mucho,

mucho tiempo.











Viene de paso, ha dicho, y desde un principio quiso tocarle los senos y hablarle del sur, mirarla, preguntarle si entendía lo que le estaba diciendo. Es imposible, Giovanna, murmuraba, saber ahora cuándo comienza la primera aventura europea y si alguna vez existió. No importa ignorarla, reducirla a una voraz temporada de camas deshechas, cuentos inacabables y tristes, idéntica luz que desde el balcón se mezcla con el oeste de la ciudad. Pienso que es grave, Giovanna, no poder confundir los acontecimientos, en una sola historia lisa y tranquila, con personajes normales o no, siempre en orden alfabético. Y de esa historia sabríamos tú y yo, tú en estas playas del norte, yo en mi departamento del sur.









Deja que el periódico resbale bajo el brazo,

para ganar tiempo,

recogerlo,

buscar la llave,

entrar,

evitar el sofá roto y los platos sucios,

mientras en el otro extremo de la ciudad,

pese al brusco estupor que lo asalta,

el hombre está a punto de despertarse.

No podías entonces, Giovanna, sino guardar

silencio en la oscuridad

recordando lo leído en la revista,

como una historia confusa y extraña,

de un hombre que había muerto en el sur.








Giovanna se mira el pulgar, lo imagina en una caja de metal, rodando de un lado para otro, con pellejo y uña; lo toca cálido y vivo encerrado en la palma de su mano, latiendo, latiendo, latiendo.









Giovanna cumple años,

el capitán la invita a sentarse a la mesa

adornada,

y ese día

el barco cruza la línea del ecuador.

Alguien aplaude más fuerte,

Giovanna sopla las velas,

inclinada hacia adelante, la cara sudorosa,

el traje con lacitos y la cadena de oro,

ella piensa ya en Santa Margherita de Ligure,

Grosseto y Carrara,

nombres mezclados a la ira de la madre,



que los pronuncia como un conjuro, que tuerce la boca cuando el sol en el patio la enloquece, que llora de desconsuelo cada vez que abre el baúl. El padre llega a la caída de la tarde, siempre con algo que contar, el peón mordido por la culebra o el avance de los trabajos en la carretera costeña. En la habitación, el abuelo habla de la voz aguda de la madre, in crescendo decía. En las postales que todos los días lleva al Correo, la madre escribe “aquí hace mucho calor” y sigue llorando muy fuerte, durante semanas, hasta que el padre le promete un viaje a la capital y un crucero por el Caribe.











No podías entonces, Giovanna sino ocupar

tu tiempo en la memoria,

pequeños recuerdos de avenidas y plazas y

árboles,

o coserle el ruedo a la bata gris

o asomarte al balcón tratando de ver el mar.









Giovanna, no recuerdo cómo se llega hasta tu casa, es increíble lo corto que ha sido el día, todo se parece a tu olor de ayer. Si al menos, Giovanna, supieras mi nombre o entraras a comprar cigarrillos en este bar, podría hablarte otra vez del sur. Giovanna, por muchas vueltas que dé en esta ciudad desconocida, no te voy a encontrar. Me sentaré en el paseo iluminado, es forzoso que pases, alguna vez entre hoy y mañana.




EL INVIERNO PRÓXIMO (1975)


***

I

A Raúl

Días tranquilos que pasan como una ráfaga de viento

porque el invierno próximo,

lo sé,

cuando no hayan testimonios posibles

que mitiguen el temblor y la soledad,

bufará la lluvia tras los muros encalados.

Tardío se hace este invierno,

imágenes del invierno próximo

arrogantes y graves

como el desorden de la casa.





III

No sientas el puerto

ni la tinta

ni el río

ni el vino bueno

ni las hojas creciendo bajo el hielo

ni las calles confusas de la ciudad,

no te dejes ir:

atiende esta larga ceremonia en la cubierta del barco

especial ceremonia de la gente

que quiere saber cómo será el invierno próximo.






V

El invierno próximo

estarás triste,

recordarás a Mahler

o habrás muerto.

El invierno próximo

vamos a estar solos

como si la niebla se lo hubiera llevado todo:

la tierra,

el verano,

la casa de la esquina,

el bar,

los andenes,

las tabernas griegas

y el motel que reposa

arriba,

sobre la colina.







IX

El país, decíamos,

lo poníamos en las mesas,

lo cargábamos a todas partes,

el país necesita

el país espera,

el país tortura,

el país será,

al país lo ejecutan,

y estábamos allí por las tardes

a la espera de algún doliente

para decirle

no seas idiota

piensa en el país.







XII

A Luis Camilo



Me levanto

no me levanto

me detestan

me ligo

atropello a un motociclista con alevosía y premeditación

me entrego al complejo de edipo

deambulo

estudio con sumo cuidado las diferencias entre dirritmia-

psicosis-esquizofrenia-neurosis-depresión-síndrome-pánico-

y me arrecho

quedo sola en la casa cuando todos duermen

compro una revista que cuesta seis dólares

le roban la cartera a mi mejor amiga

me agarran

amo a mi amigo

lo empujo

lo asesino

recuerdo el paraguas de Amsterdam

y la lluvia

y el gesto airado

me dedico a la bebida para evitar el infarto

mastico la comida cincuenta veces

y me aburro

y me aburro

adelgazo

engordo

adelgazo

me transo

no me transo

me quedo quieta y lloro

alguien me toma en sus brazos

y me dice quieta quieta estoy aquí

dejo de llorar

escucho el viento que sopla cerca del mar solamente cerca del mar

acepto que existan cucarachas voladoras

descubro que todas mis amigas tratadas por psicoanalistas se han vuelto totalmente tristes totalmente bobas

me leen el oráculo chino y me predicen larga vida

vida de mierda digo

subo al carro

bajo del carro

comprendo de un solo viaje cuánto petróleo hay en un barril

me dicen apaga la luz

la apago

me preguntan ¿ya?

me hago la loca

me acojo a la pacificación

me joden

duermo apoyada en la barra

oigo la voz del español de siempre que se caga en diez

alguien llora otra vez a mi lado

me pegan

me pegan duro

hay luna llena

corro por la carretera que bordea la montaña,

saco la cuenta,

no me sale,

me duele el pecho,

se hace de día,

el rojo gana

rien ne va plus.










XV



Me dejo cerrar por ti

cuando se intenta

estar afuera

o al contrario,

llegar.

Y en la temblorosa apariencia del hombro rendido,

en el volverse tranquilo

entre sueños,

descubro enigmas que terminarán en un instante

cuando todo esto

no sea más que un hábito.






XXI

Toda la vida no vas a tener ganas de saltar cuando veas el mar o cuando haya luna llena, toda la vida no se tiene ganas de hacer lo mismo, ¿entiendes?, si, eso eso, respira hondo y cálmate y pide un trago y mira hacia otro lado, hacia donde quieras, pero que no sea espejo, porque vas a empezar otra vez, que si la memoria y la guerra y los fantasmas de mierda y el tiempo que no pasa rápido, ¿no te fastidias? siempre lo mismo, el perro que ladra y la luz que agoniza, eres la única que lo ve así, a ver, pide un trago y óyeme lo que te voy a decir,

por la mañana

los ojos se llenan de lágrimas

porque no hay locos en la casa

y tarda mucho en hacerse de noche

y las multitudes

y esa luz de la tarde que revienta

tiempo,

cautela,

no lo digas otra vez, todo eso me da en la madre, si ya sé lo de la fatiga, lo del desafecto y el estupor, y no me importa el marido frustrado de Creeley, empezando que no sé quién es el bolsa ése, confórmate, ¿ves? todos los días la gente regresa a su casa, ¿no? Y no vas a componer las cosas arrechándote por una cama o una cortina floreada o una mesa cuadrada, métete un viaje de toña la negra o de leo marini o de la bola de nieve y cálate tus cuentos y los míos, y hablando de infortunios, no me metas, ¿ok?







POCAS VIRTUDES (1986)


***

DE LETANÍAS Y POCAS VIRTUDES


Son tantos

quienes han de saltar a la batalla

y herirme

a muerte

muerte de grandes ciudades

y pocas virtudes

con sus siete cuadrantes a la deriva

su paz funesta del reciente octubre

su carne elástica dulce

y colérica

colérica la arena volando en Ostia

empañando globos de cristal en las vidrieras

un ojo ya sin vida

el otro abierto

en la avenida

avenida por donde viene

el agua

agua de todos los días

acercada a

mi boca

boca triste de grandes palabras

lenguas duras como madera recién cortada

se ocupan

de mi

mi delito

delito de largas y profundas noches

cuando la lluvia tarda en caer

y todo me hace pensar

en mi padre

en mi madre

en la tierra

mal cerrada

cerrada por cuatro malhechores

no identificados

identificados tu nombre el mío

los otros

la gente

gente amada

ausente

presente

ida

ida

como tía

la de la roja cabellera en Burdeos

en la casa

casa de pisar duro

donde se trata de no llorar a despropósito

mientras un poco más arriba

campiñas y pequeños mosntruos

festejan a diario

un saludo

un escrito

un vilipendio

vilipendio:

quien lo haya escrito por primera vez

lance la primera piedra

piedra

piedra de mi única morada

cuando brazos tenaces me enseñaron el desafecto

la casa de empeño

la incertidumbre

el regreso

regreso del último acto

acto de ser tan triste y tan muerta

como soledades de otros

países

países a los que no me dejaron

ir

ir con el asombro

para una o dos

palabras

palabras

espera

te las voy a enseñar

boleros o saudades o melancolías descaradas

o audacia

audacia es

de bares

de lugares amados

de encontrar al hombre de tu vida

de maltratar a la que fue

tu madre

madre

una vez muerta

no hubo soledad

ni rigurosos ejercicios para

olvidar

olvidar a los miserables

ajenos

al amor

amor







¿QUÉ DECIRTE HOY?


Qué decirte hoy

si la madrugada fue tan difícil

madrugada de estigmas y estertores

sin espacio

para ti

para mí.

Al fin nos han encontrado amado

y somos exactamente como nos inventaron:

dolidos

fastuosos

desanimados

cómicos

furtivos

borrosos

desmadrados.





EN MARZO NO SE NACE DOS VECES


En marzo

no se nace dos veces.

Me lo aseguran

embistiéndome

a pesar mío

gimiéndome

a pesar mío

lamiéndome

a pesar mío

estropeándome

a pesar mío

matándome

sin remordimiento alguno.






DESACATO A LA MUERTE


Desacato a la muerte

eso intento

El testigo ha dado la espalda,

la casa ha sido derrumbada.



Cuánto silencio para un dolor tan pequeño



¿joder has dicho? siempre tus palabrotas tus disparates. Estás jugando a la intemperancia y si de cansancio se trata nadie podrá ya aliviarte de la sombra y la pausa. ¿Joder has dicho?



La jauría no viene:

siempre ha estado allí.

El susurro de la advertencia

atenaza mi garganta.

Cuando despierto

al otro día

carcomida por la noche

oigo sirenas petardos olores

y nada que apacigüe mi temblor



hola cómo te va qué has hecho qué hay de nuevo qué vas a hacer bien nada no sé cuándo nos veremos llámame pasa por aquí no dejes de hacerlo si vieras lo triste que está pero no importa mañana será distinto bueno lo de anoche no hables de eso recuerda lo que dice salvador no me atormentes tómate un trago ya se te pasará y qué le voy a decir otra vez a pedir perdón es que siempre va a ser así tienes que entenderlo no le pares nos vemos a la una chao te espero.






Me oigo crujir

debatir

sonreír

partir

gemir

y nunca dejo rastros

que no sean estos pasos de la infamia.







LLEGO TARDE PORQUE ME SIENTO SOLA DESHABITADA


Llego tarde

porque me siento sola

y no siempre es necesaria la advertencia

esa que se acostumbra

cuando las cosas cambian.



Mi abuelo decidió suicidarse:

era alto, triste y bebía a escondidas.



Mi abuela decía que beber era cosa del demonio

y lo perseguía por toda la casa

con una escoba

hasta que aburrido

se lanzó al Rin.



Me dejó una carta

para decirme que volvería a la vida

cuando en lo más verde de la colina

mi voz llegara a ser más fuerte que el rumor del mar.







ALGUIEN VENDRÁ

No quiero confundir su terror con el mío

Siete por siete

y siete más: años de temblor y pasos furtivos.

Alguien vendrá

para detener los lamentos del escogido.

Pero el tiempo dedicado a la espera

se me va entre los dedos.

Ya no es necesario inventar nada

salvo esta terca soledad.

































VALIENTE CIUDADANO (Póstumo)


***

VALIENTE CIUDADANO


A María Inmaculada Barrios



“Morid con el pensamiento

cada mañana y ya no

temeréis morir”

Tratado Hagakuse

Dame, señor,

una muerte que enfurezca.

Una muerte tan ofensiva

como a los que ofendí.

Una muerte que soporte la lluvia

de Santiago de Compostela,

y de paso,

mate a los que me ofendieron.



Dame, señor, esa muerte de la intemperie

que sorprende y tranquiliza.

Haz que esté largando mocos y lágrimas,

suplicando piedad

y deseando muerte ajena.



Haz, señor,

que aquel hombre con piel inédita

reconozca en mí animal de olivares.

Que su cuerpo pese sobre el mío

y haga dulce

la entrada al fuego.



Te prometo haberlo visto todo.

La misma culpa con la que nací,

el mismo furor.

Haz, señor,

que esté escuchando a Vinicio de Moraes

y a María Bethania

y prometiendo que mañana,

lunes,

me inscribiré en un curso para aprender brasileño.



Que venga la muerte

cuando descubras en mí

alguna oculta intención de poder

y cuando sepas,

por tus informantes,

de mis maniobras para pasar a la historia.

Cuando te digan señor,

que he agotado todos los recuersos de la fatiga

sin pedir clemencia,

entonces, señor,

dame duro.

Haz que este golpe que tengo en la frente

por abrir puertas a cabezazos

se ponga

rojo,

latiente,

doloroso.



Supongamos, señor,

que eres el big-bang.

Que ningún territorio escapa a tu vigilancia.

Que los hot-dogs son tema de tu predilección.

Que tu deseo en mí es parte obscena

de tu personalidad.

Entonces, señor,

examina mi estómago abultado

por los espaguettis de Portofino

por las fabadas del Guernica

por los pasteles de coliflor de mi madre

por los largos tragos de cerveza y ron.



Espía, señor, los rostros de mi espejo en el espejo,

yo, la pusilánime astuciosa

la del dedo en el aire

abanicando a la aburrida concurrencia.



Podrías venir al cine, señor.

Veríamos Brazil

La vaquilla

Un día de campo,

El cartero y Gatsby.

Me escucharías

sacudida por la risa

y el temor.



Permíteme, señor,

contemplarme cómo soy:

el rifle en la mano

la granada en la boca

destripando a la gente que amo.



Acuéstate conmigo en la madrugada, señor,

cuando mi respiración es un golpe de piedras

en la corriente del río.



Y verás cómo nada,

ni siquiera la leche de tus cantares,

puede darme una muerte que me enfurezca.







UN DÍA DE LA SEMANA-I


Cuando naciste,

en 1938,

César vallejo moría.

Cuando tu cabecita,

tu ombligo,

tu cuquita virgen,

asomaban al mundo

entre las hermosas piernas de tu madre,

metían al poeta en un hueco.

Lo cubrían de tierra

y a ti,

te cubría la memoria.

No podías elegir.

Porque si eliges

vives.

Y si vives

gozas.

Pero el goce es el horror del sueño:

dormir va a ser para siempre.

Habrá un olor a pimientos fritos,

voces estruendosas en la barra.

Será un día de la semana,

cuando los muebles cambian de sitio durante la noche

y por las mañanas,

las mujeres hablan solas.

Tu nariz estará sellada y la ceja derecha

más caída que la izquierda.

Las caderas niveladas,

el cabello mal cortado y el cuerpo perdido

en alguna batola que disimule la grasa en tu cintura.

Si tuviste abuelos lunáticos y tristes,

constará en el reporte

de un funcionario responsable,

Te cruzará los brazos sobre el pecho

y es fatal,

porque ya no podrás

usar el afrín

para respirar mejor.

Falso que tus brazos fueran convulsivos

y tus furores impredecibles.

Falso el vidrio que aún empañas con tus eructos.

Falsos tus pezones, tus pecas rojizas.

La noche anterior estabas decidida:

si no puedo dormir,

escogeré la muerte.

Pero no esperabas que el pernil de cordero se derritiera,

suave,

lechoso,

sobre tu lengua.

Solo dijiste:

dos partos,

diez abortos,

ningún orgasmo.

Y tomaste un largo trago de vino.

Vallejo también buscó un pernil de cordero

en el menú de la Coupole.

Todos miraban sus ojos cazurros,

mientras él solo pensaba en los callados oídos de Beethoven.

Le habría preguntado a su compañera:

¿Por qué ya no me quieres?

¿Qué hice?

¿En qué fallé?

El chorizo del cassoulet dejó manchas de grasa en su camisa.

Como tú,

sintió una compasión fatigada de su cuerpo.

Y trató de adivinar quién nacería esa noche,

mientras él tratara de conciliar el sueño.

Morir

requiere tiempo y paciencia.








DIAGNÓSTICO


A ver,

abre la boca.

Di aaaaaah.

Muéstrame eso que hizo tu madre cuando eras niña.

¿Ese era todo el misterio?

¿Sexo oral?

¿Manipulaciones?

¿Tacto?

¿Manipulaciones?

Veamos tu útero,

amplio y desfasado.

¿Cuántos niños pasaron por allí?

Los expertos te dijeron

que la naturaleza esperaba por ellos.

Pero murieron igual.

Y si sobrevivieron,

unos tarados

otros más o menos,

todos bien planificados con la excusa de la soledad.

Tienes problemas con tus dientes,

con la lenta digestión de los indecisos,

con el crujido del hueso occipital.

Eres un paciente más.

Todos quisieran haber nacido en Kansas City

o en Amsterdam

o en Toronto.

O por lo menos

veinte años más tarde.

Déjame agitarte con esta probeta de marfil,

verificar bien el color de la mezcla.

Asco,

qué mal hueles.







LA MAYORÍA

Es cierto que en abril los lirios se pudren,

el trigo crece

y se manchan de sangre las dormilonas infantiles.

Todos nacimos en abril:

niños,

supimos que obedecer implicaba paz.

Adolescentes,

descubrimos el valor de la redención condicionada.

Finalmente,

no morimos en el intento.

Ahora somos sumisos y secretos,

gordos de ojos saltones

y carnes blandas.

Preparamos palabras suculentas

que pasan por el molinillo de carne,

y un perro, bien educado,

espera para engullirlas.

Recién cogidos desafiantes,

meados a destiempo

y solemnes imberbes,

ocupamos el primer lugar en las encuestas.

Somos lo que llaman,

la mayoría.







ARANJUEZ


No seas ridícula.

Nadie muere aguantando la respiración.

Piensa en tus huesos quebradizos,

en tus pliegues sudorosos,

en tu vagina seca

y tu calvicie incipiente,

O en un paro cardíaco cuando finjas un orgasmo.

De eso mueren las mujeres.

¿Por qué tienes que ser tan obsceno?

Porque hace veinte años que no voy a Aranjuez

y eso me pone de mal humor.





POEMAS INÉDITOS
***

EN EL VIETNAM

En el Vietnam

se deja de ver la lluvia todos los días

y ese aspecto humillante de la muerte

que es el olvido

crece en los sembrados de tomates

mientras todos imaginan el mar



en el Vietnam

hace mucho tiempo que no llueve

(ese aspecto humillante de la muerte

que es el olvido)

en el Vietnam no llueve ya



todos saben en el Vietnam

que no lloverá durante muchos meses

todavía es útil imaginar el mar

caminar y correr

en torno a los sembrados de tomates

aquí en cambio nos consolamos con insulsas bailarinas

hacemos películas sobre las casas

y hasta podríamos jugar bolas

si se pone de moda.









Un pájaro canta alucinado porque ha muerto su compañera

se lo digo a la policía

es buen indicio

responden

Suena la guitarra de un cuidador de ovejas

se lo digo a la policía

es buen indicio

responden

Retumba el trueno sobre la montaña más alta

se lo digo a la policía

es buen indicio

responden

Alguien se queja en la sombra

se lo digo a la policía

es buen indicio

responden

Despanzurro al cerdo que me traiciona

se lo digo a la policía

es buen indicio

responden

El sospechoso besa a su amada

se lo digo a la policía

es buen indicio

responden

Un hombre corre bajo la lluvia

es buen indicio

responden

Alguien juró matarme

es buen indicio

responden






MORIR PARA SIEMPRE

Si me jugara la vida por la muerte

ningún transeúnte me haría triste a voluntad

no pasaría dos veces por la misma calle

donde acecha el cantor

de las malas nuevas



Si me jugara la vida por la muerte

cada mañana sería tarde a propósito

para estar en el blanco de los verdugos

y ver pasar al loco de Laugharne

ese mismo que revuelve tu alcoba



Si me jugara la vida por la muerte

tendría una ciudad de algodón

toda para mí

toda estrujada y clara

como playa de auroras y naufragios



Si me jugara la vida por la muerte

no habría día parecido a este

el cielo cambiaría de rumbo

se iría cuan largo es

con la cintura de Orión



Si me jugara la vida por la muerte

no acataría lo voz en alto

no aceptaría ser desaparecida en la alta luz de la noche

jamás

vendrían a buscarme en la alacena



Si me jugara la vida por la muerte

¿quién tocaría la sangre que corre mientras duermo?

¿quién golpearía la puerta mientras estás en mí?

¿quién osaría estropear la casa?

¿quién pondría la mano sobre ti?



Si me jugara la vida por la muerte

sería inútil decirme versos

empujarme contra el filo de la acera

cobrar tragos que no bebí

hacerme llorar con alevosía y premeditación



Si me jugara la vida por la muerte

habría un perfecto golpe de luz sobre el mar

y alguien se desesperaría

de haber dado mi vida por la muerte






***

EN EL VIETNAM

En el Vietnam

se deja de ver la lluvia todos los días

y ese aspecto humillante de la muerte

que es el olvido

crece en los sembrados de tomates

mientras todos imaginan el mar



en el Vietnam

hace mucho tiempo que no llueve

(ese aspecto humillante de la muerte

que es el olvido)

en el Vietnam no llueve ya



todos saben en el Vietnam

que no lloverá durante muchos meses

todavía es útil imaginar el mar

caminar y correr

en torno a los sembrados de tomates

aquí en cambio nos consolamos con insulsas bailarinas

hacemos películas sobre las casas

y hasta podríamos jugar bolas

si se pone de moda.









Un pájaro canta alucinado porque ha muerto su compañera

se lo digo a la policía

es buen indicio

responden

Suena la guitarra de un cuidador de ovejas

se lo digo a la policía

es buen indicio

responden

Retumba el trueno sobre la montaña más alta

se lo digo a la policía

es buen indicio

responden

Alguien se queja en la sombra

se lo digo a la policía

es buen indicio

responden

Despanzurro al cerdo que me traiciona

se lo digo a la policía

es buen indicio

responden

El sospechoso besa a su amada

se lo digo a la policía

es buen indicio

responden

Un hombre corre bajo la lluvia

es buen indicio

responden

Alguien juró matarme

es buen indicio

responden






MORIR PARA SIEMPRE

Si me jugara la vida por la muerte

ningún transeúnte me haría triste a voluntad

no pasaría dos veces por la misma calle

donde acecha el cantor

de las malas nuevas



Si me jugara la vida por la muerte

cada mañana sería tarde a propósito

para estar en el blanco de los verdugos

y ver pasar al loco de Laugharne

ese mismo que revuelve tu alcoba



Si me jugara la vida por la muerte

tendría una ciudad de algodón

toda para mí

toda estrujada y clara

como playa de auroras y naufragios



Si me jugara la vida por la muerte

no habría día parecido a este

el cielo cambiaría de rumbo

se iría cuan largo es

con la cintura de Orión



Si me jugara la vida por la muerte

no acataría lo voz en alto

no aceptaría ser desaparecida en la alta luz de la noche

jamás

vendrían a buscarme en la alacena



Si me jugara la vida por la muerte

¿quién tocaría la sangre que corre mientras duermo?

¿quién golpearía la puerta mientras estás en mí?

¿quién osaría estropear la casa?

¿quién pondría la mano sobre ti?



Si me jugara la vida por la muerte

sería inútil decirme versos

empujarme contra el filo de la acera

cobrar tragos que no bebí

hacerme llorar con alevosía y premeditación



Si me jugara la vida por la muerte

habría un perfecto golpe de luz sobre el mar

y alguien se desesperaría

de haber dado mi vida por la muerte






LA REACCIÓN


Mi primer negro se llamaba scope

olía mal al aire libre

me tocaba con miedo de negro

porque yo era blanca



Mi perro tenía orejas de cazador

pero no dejé que fuera sabueso

porque podía comerse a scope

en el jardín



Una amiga me lo contó todo

tienen el cerebro pequeño y la paloma grande

dijo

y añadió:

cuando es al revés no sirven para nada

son peores que los blancos









LA PENA


¿Te quedarás un tiempo?

me quedaré

hasta cuando cuentes tu último sueño



no le temas a la calma que ronda

o al ruido de la seda recién lavada



no hagas apetencias de esta desesperanza

de esta desdicha tan simple



¿Te quedarás un tiempo?

claro,

hasta que vengan por nosotros.









EL USO


Lo que uso:

el autobús que va al silencio

el transformador de corriente

la gallina comprada en Delft

el libro del film 1962 de Vittorio Spinazzola

la escultura desmontable de Berrocal

el reloj de arena para cocinar huevos

el timbre de la conserje

el buzón de reclamos de los hoteles

la sexta velocidad de la licuadora

la tabulación de sueldos

las bolsas de plástico y papel en los aviones

la guía turística de Estambul

el seguro de vida para invidentes

los antecedentes penales

la liberación de los pueblos

y las palabras

del pliegue y el despliegue.



















NO MÁS

No más negros vestido de cardin

empatucados de cardenal mendoza.

No más carajitas de ojos entornados

frágiles codos

y abominables silencios.

No más letreros para mandar la gente a casa.

No más invitaciones que preocupan un día antes.

No más mecenas.

No más temblor de atardecer

sin otro alegato que el propio.

No más muertos a quienes velar de lejos

porque se mueren cuando uno no está.

No más niñas redondas y gentiles

taconeadas por nodrizas impolutas.

No más el reflector en la cara.

No más envidiar al que llega

en este momento

a San Francisco.

No más temor de la conjunción de los astros.

No más creer en maleficios

y espiar a la luz de una vela

la llegada del señor.

No más pedir amor y sentirse miserable.

No más patanes a sueldo.

No más hacer lo mejor imposible.

No más

coño

no más.


Milagro Meleán (1994)
Maracaibo. Estudió Letras Hispánicas en La Universidad del Zulia. Creadora junto a Freddy Yance de La Casa Andrógina, proyecto audiovisual que registra la poesía venezolana. Ha sido publicada en antologías poéticas en revistas como LA NÁUSEA, REVISTA POESÍA, AWEN, LETRALIA. Ha sido mención en diversos concursos de poesía.
Actualmente escribe y edita. 


1 comentario:

  1. Excelente publicación, pueden compartir el poema "La Lámpara" de esta autora. Gracias

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