Selección personal de poemas de Thalía Sanchez.

Para que una Luciérnaga conozca la Poesía y otros poemas. Por Thalía Sanchez



Selección personal de poemas de Thalía Sanchez.



Por Thalía Sanchez 


Para que una Luciérnaga conozca la Poesía

A vomité un conejito, por vomitar también las luciérnagas 
y dejarlas vivas en este poema

Luciérnaga en vigilia      noctámbula enciendes la noche
Haz que tiemble todo a tu paso        pide un deseo que perdure en el día
                        Tambalea el aire que absorbes
                         sopla mi oreja con tus alas. 
Dame de tu Luz el cobijo                             ven que esta sed me asfixia 
quédate, que nazco nuevamente del polvo
                   quédate mientras el suelo se agita
mis ojos te recuerdan de la otra vida.                      

De tanto silencio los insectos se evaporan 
ninguno toca estas llagas
ninguno es capaz de amar lo que palpo

                  Sólo el noble vacío que te habita puede nombrarme. 

Madre de la lumbre, cuerpo bañado en oro
insisto en tu hondo principio,
en tu protección primitiva.

Ofréceme la intermitencia, Luciérnaga en desvelo
que tu sol me alimente
                           y me acompañe despierta. 










A Stivaly Maestre, por su fuerza; su voz de huracán


Suspendida la tempestad frente a los astros
todo queda sin rostro después de la alabanza

La casa, esta casa
ya no es espacio-tiempo-luz.

En cada rincón que se viste de escombro
las horas viajan vencidas

Las paredes se desglosan 
tienen síntomas de una ciudad deshabitada

Se oyen las palomas andando
frenéticas y enloquecidas, 
chocan contra los espejos inútilmente
           sus plumas salpican el suelo,
lo rasgan

Apagan el martirio de verse solas

Es lenta y honda la transición
atraviesan el cristal, pero nada hay del otro lado
nada que calme el ansia
de volver a su tierra prometida

No quieren verse solas
en esta casa
que ya no es espacio-tiempo-luz.









DEJÉ DE ESCRIBIR: Un ave ha incendiado la página
se devora en la ceniza la estrella milagrosa
no sabe que está dormida, que se retuerce y gime y choca frente a hilos de plata
hilos que desconocen algún sitio sagrado
que se pulverizan en el tiempo porque nadie los palpa
nunca soy suficiente frente a las palabras
y sin embargo se derrama la quietud en esta hora que no es mía
en esta hora donde traigo las manos enredadas
en el relámpago de tu frente. 

Creces, y tu vida pesa como mil siglos 
atas tus manos a la garganta,
te devuelves a tu origen 
porque la vida te ha sido negada

Tiemblas y tu boca es sal
tiemblas y el animal come de tu carne 
mientras te abres convulsa frente a la lluvia

Figura universal del movimiento
                              el agua furiosa vino a visitarte

Algo que no pronuncias te reclama
y no se sabes bien porqué. 







Intervenciones la Luz



Sólo traigo mis manos, 
ambas cruzan la memoria de la imagen y la transforman
estoy cada vez más cerca: 
                         Algo renace entre matices 
                        suspendido en el telar de los colores primaros. 

Se impone en lo intangible un sonido
toco la imagen bruscamente
aplico a la ternura como una norma
y desaparece lo turbio de mi corazón.

Detengo la marcha para observar la forma: 
                                         Un nuevo paisaje en la imagen se estremece

Esta fotografía me ha vendido sus entrañas, 
me ha dejado entrar en sus quimeras 
para hacer del sueño una reconciliación permanente.
 
Espacio de luz inhabitado
sabemos de la imagen el vacío
sabemos que no existe tal realidad, 
pero reconocemos la belleza como un espejo que nos mira. 

Existen flores que no conocen el mar, pero aquí se extingue toda limitación
aquí se puede hacer de la flor el mar, 
intervenir de pronto el silencio para que sea pájaro
a eso se refiere la imagen cuando descubre su segundo lenguaje.

Yo no la dirijo
yo no dirijo el movimiento ni lo que se expande en el viaje
a cada objeto le va naciendo su doble complejidad. 

Por eso he venido,
para bautizar los caminos que no existen en el mapa
para contemplar un territorio desfallecido
y levantar sobre él                 claridad.

                    Las paredes de la imagen son regiones que me han sido dadas.








Thalía Sánchez
Maracaibo, Venezuela 1996. Comunicadora Social y fotógrafa. Obtiene el tercer lugar en el 5to Certamen Internacional de Siglemas “Di lo que quieres decir” (2019). Finalista en el V concurso Nacional de Poesía Joven Rafael Cadenas (2020). Aparece en la tercera edición de la antología “La Flor en que Amaneces” de Ediciones Azalea (2020). Obtiene Mención Honorifica en el primer Concurso Internacional de Poesía JBernavil (2020). Ganadora de la primera edición del Concurso Internacional de Poesía Bruno Corona Petit (2021). Actualmente trabaja en su proyecto fotográfico “Intervenciones a la Luz”.

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