Lo que realmente puede sostenernos ante la dicha y la desdicha para que la vida no nos arrastre con sus avatares, es lo que somos...

La literatura en la esencia del coriano


Lo que realmente puede sostenernos
ante la dicha y la desdicha para que la vida
no nos arrastre con sus avatares, es lo que somos
Abelardo Coronado Reyes

Me he permitido escribir con toda sinceridad, he pecado como ha de pecar todo nacido de Coro; de solemnidad de la memoria.  Esto porque leer a Abelardo Coronado ha sido vivir lo que tras un largo verano, el olor a cenizas se eleva en la atmósfera, de pronto, el garúa llama a la lluvia y la humedad reaviva los olores contenidos, el seco olor de la ceniza se extingue, da paso al olor de la tierra y de los recuerdos.
Memorias es un compendio de escritos realizados sobre todo por Abelardo Coronado Reyes con  la ayuda accidental de la señora Ella Josefina Petit, en principio bajo el nombre de acta literaria sobre las reuniones realizadas por la tertulia Hugo Fernández Oviol en el año 2004, es un libro sencillo de una extensión de 135 páginas, editado por la Editorial Miranda en el mes de mayo de 2005 y en el que sentimos las glorias sólo reservadas al trabajo, esfuerzo, constancia, dedicación, y entrega,  pues habitamos la casa del Vikingo -seudónimo con el que se conoce a Oviol- y en ello el impulso que permitió la elaboración de la revista Ventanal.
La información contenida en las páginas es como dirá Coronado en una de las memorias: sui géneris, pues en principio posee el rigor del acta y porque su redacción buscaba la belleza de la poesía.  Tal es el caso que Oviol llega a decir a manera de juego que su amigo Abelardo ha inventado un generó nuevo, el acta literaria. Género que luego trueca su nombre por memoria a sugerencia del propio Oviol. 
En estás páginas, llenas de franqueza, solemnidad y ritualidad, se reconoce un poco del alma del coriano, su naturaleza anhelante, hospitalaria y religiosa, esto último no lo digo en el sentido estricto de la fe religiosa en el eterno -como le nombra Coronado- sino en la creencia firme y determinada en hacer algo por que las cosas sucedan y sucedan para bien, no en vano Abelardo apunta en la memoria del dos de julio que la tertulia dio muestras de su poder para transformar una atmósfera negativa en positiva.
Esta preocupación no es leve ni aparente, el país interroga constantemente a los contertulios, los lleva a cavilaciones sobre la cultura y la sociedad, sobre la posición de los hombres y los fenómenos que atraviesan, es así que afirma si la cultura no logra que el hombre ponga el sentido en su puesto, no sirve para nada.
 En todo caso, el libro va más allá de un mero acto anecdotario, en el se compila todo lo relacionado con la tertulia, que a veces es jocosa y risueña, y en otras ocasiones es taciturna y profunda, pero que en su matriz expone la literatura en la esencia del coriano, esta idiosincrasia es hermosa y -quizá- única, hoy nos recuerda que la esencia es así y finalizo con una frase extraída de la carta de Carmen Dolores Campos - amiga de la tertulia-  vamos, vamos, estás en Coro. Aquí la gente se levanta temprano.

De izquierda a derecha en la gráfica: Abelardo Coronado Reyes y esposa, Ela Petit, José Barroso, Emilis González Ordoñez y Hugo Fernández Oviol. Foto cortesía de Emilis González Ordoñez.



Joan Manuel García

(Venezuela, 1990) Ingeniero químico egresado de la UNEFM, escritor joven, miembro del consejo editorial del Sistema de Editoriales Regionales Falcón adscrito a la editorial  el Perro y la Rana. Organizador y fundador de la Feria Falconiana del Libro (FEFAL), mantiene el blog personal joanmanuelgarcia.blogspot.com.