Disertación de la joven ilustradora venezolana Ludwianna Piñero Pereira sobre los términos que definen este formato de lectura alternativo.

Novela Gráfica vs. Historieta, la eterna disputa entre términos - Por Ludwianna Piñero Pereira

Disertación de la joven ilustradora venezolana Ludwianna Piñero Pereira sobre los términos que definen este formato de lectura alternativo.

Por Ludwianna Piñero Pereira

Instagram: @lunagoghart

Debemos tener en cuenta que el término “Novela Gráfica” comenzó a utilizarse por primera vez durante los años 70, cuando el ya reconocido autor de historietas Will Eisner comenzó a escribir cómic con una temática alejada al mundo de los superhéroes para contar una historia de judíos pobres en la ciudad de Nueva York.
Eisner utilizaría entonces el mismo lenguaje del cómic (que manejaba a la perfección) para contar esta historia, no quería que fuera distribuida en las tradicionales tiendas de cómics, puesto que quería alcanzar otro tipo de lectores. Entonces contactó con una editorial para que publicaran su trabajo, sin embargo, estas compañías de libros no distribuían cómics, por lo que Eisner decidió usar el término “Novela gráfica” para asegurar las reuniones con los ejecutivos de estas editoriales y luego de varios rechazos, lograría finalmente publicar cuatro historias cortas como la Novela Gráfica Un contrato con Dios en 1978.  
El éxito en el empleo del término no pasaría desapercibido para las compañías de cómics. Marvel sacaría su primera línea de novelas gráficas en 1982 en las que recopilaba números exitosos de años anteriores como La muerte del capitán Marvel, DC haría lo propio un año después en 1983 con historias y personajes inéditos. 
Para finales de la década, obras como The dark night return, Maus y Watchman terminarían de popularizar el término, evento que ocasionaría el conflicto entre los términos cómic y novela gráfica.
Cuando escuchamos el término novela gráfica, estamos acostumbrado a pensar que se trata de historietas con temática “más profunda” o adulta que en un tomo único contiene toda la historia en lugar de presentarse en números individuales.
Sin embargo, lo que Marvel llamaría “Novela gráfica” en los años 80 no eran más que recopilaciones de historietas pasadas, lo que hoy en día se conoce como Trade paperback o TP. Además de esto Watchman fue publicado originalmente en número individuales y posteriormente fue recopilado. 
Lo que nos obliga a ir a la raíz del problema, el término “Novela” in más, es definido como; Narrativa ficticia en prosa de una longitud considerable y cierta complejidad que trata sobre la experiencia humana. 
Es decir que además de cumplir con esta estructura, la novela gráfica cuenta con imágenes para contar equis historia, sin embargo, esta definición dejaría fuera del género a títulos como The killing joke o We3 por ser historias cortas.
Dicha disputa ha llevado a que grandes exponentes conocidos por ser precursores del género como Alan Moore afirmen ser detractores del término asegurando que se creó con la excusa de vender los cómics más caros, con el ejemplo de que doce números pegados de She hulk no hacen una novela y afirmando detestar el hecho de que el uso de este término condicione automáticamente al lector a pensar que está leyendo algo de calidad cuando no siempre es así (aunque Moore detesta todo lo que tiene que ver con la industria de los cómics).
Como dijo Neil Gaiman el día que le dijeron que el no hacía historietas sino novelas gráficas: 

La intención era hacerme un cumplido, supongo. Pero de repente me sentí como alguien que ha sido informado de que realmente no es una prostituta, sino la señorita del final de la tarde.

Puesto que ni los más grandes expertos se ponen de acuerdo en cuanto al empleo de términos. Me estaré refiriendo al proyecto como Novela gráfica o cómic indiferentemente (o historieta en su defecto).





Ludwianna Piñero Pereira
(San Fernando de Apure, 1999). Artista plástico y tatuadora. Estudiante de Artes Audiovisuales en la Universidad Nacional Experimental de las Artes (UNEARTE), Mérida. Es ilustradora y diseñadora gráfica en el Fondo Editorial “Carmen Delia Bencomo” del Ibime, desde febrero de 2018. Ha ilustrado los libros En Amarillo de Miguel Mata, El ascensor mágico de Magda Uzcátegui, En las nubes de María Isabel Sánchez, Las letras asustadas de María Luisa Lázzaro, Balcones del agua: Antología Poética de Carmen Delia Bencomo de José Gregorio González Márquez (compilador), y Cuentos increíbles de la Nona María de Gregoria Caraballo Guzmán, publicados por este fondo editorial.

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