Hay poetas que necesitan sufrir Gisela: sobre Frutos Extraños de Indira Carpio Olivo

Reseña del libro Frutos Extraños de Indira Carpio Olivo, ganador de la mención poesía del premio Stefania Mosca en el año 2018.

El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones de su brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y de la imaginación.
Jorge Luis Borges

Bella,

sola para siempre.

Jacqueline Goldberg

Por Joan Manuel García

Fotos extraídas de albaciudad.org

Una de las grandes ventajas de ser un escritor invisible, es que uno puede decir lo que se le da la gana, Indira no lo es y aun así lo hace. Bordea los tabúes de la escritura, los señala con una línea roja que embarca los dolores que la sociedad evita, que la literatura mistifica y que su poesía como un cuarto luminoso nos entrega.

Frutos extraños es un libro que se inscribe en lo transgenérico, teniendo elementos narrativos, dramáticos y poéticos, un ritmo propio sin llegar a ser rebuscado, pues cada poema nos arroja a una escena más que una imagen, cada imagen tejida con una intención clarividente sobre el discurso que se mantiene a lo largo de todo el texto, en una búsqueda por conectarnos a la energía emocional que nos llama.

Las voz en cada poema me parece la de un oráculo que se transfigura en Madre, Hermana, Abuela o Hija,  a las que encarna y siente desde el dolor. Su eje es Gisela, la que es también un ser cambiante y en contradicción con la voz narrativa, entregándonos versos que se corresponden con un efecto oral en los que se sintetizan sentencias sobre lo que se percibe del mundo:

Hay poetas que necesitan sufrir

Gisela

quizá sufrir les dé vida

quizá la flor deja de ser flor cuando muere

La belleza inicia en estás exploraciones, se mantienen con el ritmo del mar que baña la playa, cada poema es una unidad que se teje a un todo, que  nos regresa imágenes que no terminan en el poema sino que se pasean a lo largo del texto, un caballo verde transfigurado en Venus Roja y luego retornado a su condición original, otro de estos discursos cohesivos es la caída de Gisela:

Es menuda mi hija. Estoy segura de que si cae, muero yo primero (p.22)

Me había dormido detrás de la puerta. Al amanecer el sol penetró la madera y 

anidó sobre mi espalda. 

Gisela se había ido por la ventana. Ya sabía caer. (p.26)

Y además de ello el tabú de la violación y la sexualidad, temas sensibles a los que Indira presta su voz para ser medio. Una voz que reclama y que además nos habla de la manera más cruda como los perpetradores se ocultan bajo la sangre a la vista de todos,  de los que no podemos tener más que una venganza sutil y erigir barreras que nos separen de las sombras.

De la misma manera es que se enarbola un discurso de la muerte, el dolor de la muerte, el anhelo de la muerte. Pues tiene razón en decir a Gisela que hiede a muerte, pero esta exposición cruda, fuerte, constante, no hace otra cosa que elevar la conciencia sobre el proceso mismo de perecer, que involucra elementos que se dejan atravesar por la sensibilidad, la muerte no es un objeto que corta el metabolismo del discurso como un estadio de elevación sino un elemento discursivo que da cuenta de los vínculos entre lo vivido y la poética expresada.

Este libro, el cual ganase el premio Stefania Mosca debe ser leído con cuidado, como todo lo que vale la pena. 

Enlace de descarga del libro Frutos Extraños: https://www.fundarte.gob.ve/images/descargas/Feria_del_Libro_2019/FEF%20-%20Libro%20D%20-%20FERIA%20DEL%20LIBRO%20CCS%202019%20-%20FRUTOS%20EXTRANOS%20-%20INDIRA%20CARPIO%20OLIVO.pdf

Joan Manuel Garcia
(Venezuela, 1990) Ingeniero químico egresado de la UNEFM, miembro del consejo editorial del Sistema de Editoriales Regionales Falcón adscrito a la editorial  el Perro y la Rana. Organizador y fundador de la Feria Falconiana del Libro (FEFAL). Mantiene el blog personal lavozdelmago.blogspot.com