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En la sección Jardín nos complace honrar al poeta José Pepe Barroeta con una selección diversa de sus escritos a cargo de la poeta Cristina Gálvez Martos

Fotografía: Archivo Fotografía Urbana A 101 años del natalicio del poeta del resplandor, una breve selección de su obra.

Fotografía: Archivo Fotografía Urbana
Fotografía: Archivo Fotografía Urbana
A 101 años del natalicio del poeta del resplandor, una breve selección de su obra.

Poemas extraídos del libro Espacios (El perro y la rana / 2014). Selección a cargo de Luis Ignacio Cárdenas.

Poemas extraídos del libro Espacios (El perro y la rana / 2014). Selección a cargo de Luis Ignacio Cárdenas.

Cuando un poeta reconoce a otro se produce un gesto de suprema humildad y sentido afecto.



Cuando un poeta reconoce a otro se produce un gesto de suprema humildad y sentido afecto.

Reseña sobre el poeta falconiano Elias David Curiel.


Reseña sobre el poeta falconiano Elias David Curiel.

Una selección de poemas del escritor Falconiano Otón Chirino. Por Angélica Guevara



Una selección de poemas del escritor Falconiano Otón Chirino.

Por Angélica Guevara

Selección poética de Milagro Meleán.

Selección poética de Milagro Meleán.

Breve semblanza de Elizabeth Schön y audios extraídos del libro "El abuelo, la cesta y el mar" .

Omar Mesones - Gente de Venezuela Playa Verde. Estado Vargas ...
Breve semblanza de Elizabeth Schön y audios extraídos del libro "El abuelo, la cesta y el mar".

Recordando a la poeta Hiranis Serrano.

Recordando a la poeta Hiranis Serrano.

Análisis de Angélica Guevara, sobre la obra de una de las más insignes escritoras de Falcón, el texto viene acompañado de una selecci...



Análisis de Angélica Guevara, sobre la obra de una de las más insignes escritoras de Falcón, el texto viene acompañado de una selección de su poesía.

Elias Bracho es un poeta singular que enriquece la cultura Falconíana, su voz es intensa y su mirada constante. Su palabra describe...




Elias Bracho es un poeta singular que enriquece la cultura Falconíana, su voz es intensa y su mirada constante. Su palabra describe el mundo que le toca y más aún el que lo atraviesa, encontrando nuevos significados a su palabra y desarrollando su voz en el tiempo personal.

Por Jenifeer Gugliotta Guédez


Por Jenifeer Gugliotta Guédez

[Uno de los últimos textos del querido y necesario poeta falconiano] Tomado del blog de Andrés Castillo defloresybalas.blogspot....




[Uno de los últimos textos del querido y necesario poeta falconiano]
Tomado del blog de Andrés Castillo

Sucede que yo nací en Cabure, un pueblo campesino, trabajador y solidario, en medio de una familia sin bienes de fortuna, pero adinerada en buenos principios como la honestidad personal, como el culto a la palabra empeñada y a la convivencia sin mezquindades, además rodeado de un cúmulo de muchachos, amigos de mi misma clase y con la misma escala de valores, sembrada y repartida por su respectiva familia; todo esto me hizo descubrir tempranamente el valor inestimable del compañerismo y la virtud bien entendida de la amistad sin dobleces.
Más tarde, ese mismo grupo, con la ayuda invalorable del marxismo-leninismo, me enseñó la fidelidad con los principios filosóficos y la filiación alegre y consecuente con los marginados de la tierra.
Mi amor por las parrandas de la serranía que, durante los días de fiesta nacionales, iban de casa en casa entonando sus trovas, desgranando décimas, salves y coplas y multiplicando así la alegría colectiva del pueblo, sembró en mí para siempre, el amor por la poesía. Yo, desde entonces, sentí una debilidad tremenda por los copleros, los admiraba con devoción religiosa, y me quedaba mirándolos como a santos milagrosos.
Por otra parte, el pueblo tenía un poeta mayor: ROMÚLO GARCÍA, escritor, pintor y poeta a quien, pese a sus debilidades alcohólicas, el pueblo todo le rendía tributo a su talento y su desenfadada actitud para enfrentar la vida.
Más tarde, mi familia se empeñó en que me viniera a Coro para hacerme maestro de escuela. Desde entonces y para el resto de mi vida, fui maestro, revolucionario y poeta. Confieso ante ustedes que estas tres dimensiones de mi vida las he ejercido con seriedad, pasión, responsabilidad y dignidad.
A orillas de mi muerte, no tengo nada de que arrepentirme y en honor a ustedes y a los viejos copleros de la serranía falconiana, me despido con la siguiente copla:

Qué sabroso es constatar
que uno ha llegado a ser viejo
sin haber sido pendejo
y con mucho que contar.



Coro, octubre de 2006


Selección Jenifeer Gugliotta Guedez y Ennio Tucci

EL CABALLO DE IBRAHIM 



Hay algo terriblemente soez en la mente moderna;
la gente, que tolera toda suerte de mentiras indignas
en la vida real, y toda suerte de realidades indignas,
no soporta la existencia de la fábula.
Octavio Paz

Para Julyrma


Había una vez un hombre bueno llamado Ibrahim. Era un genio, un ilusionista, que andaba lleno de ciencia, de sueños y de amor. Como es lógico, este hombre maravilloso había nacido en Cabure y como yo tuve la suerte de nacer en el mismo lugar y algunos creen que soy poeta, naturalmente, Ibrahim y yo fuimos amigos.
Durante la infancia practicamos los mismos juegos, fuimos a la misma escuela y compartimos miedos y alegrías. Más tarde anduvimos juntos un largo trecho compartiendo la idea de cambiar al mundo.
Últimamente habíamos establecido una hermosa relación: cada vez que nos encontrábamos yo le hablaba de mis nietos y él me entregaba sus sueños y sus nuevos conocimientos e invenciones; así por ejemplo:
– Yo le decía Ricardo, mostrándole una cascada musical; y él me hablaba de las galaxias y me regalaba un caballo cósmico.
– Yo le decía Patricia, liberando un centenar de mariposas; y él me hablaba del cosmos y me convencía de que somos polvo de estrellas.
– Yo le decía Hugo Alejandro, haciendo brotar un chorrito de agua de la tierra; y él me hablaba de la sed y me entregaba la forma de bebernos el agua del mar.
– Yo le decía Alejandra, entregándole un ramo de rosas; y él me hablaba de la contaminación ambiental y me regalaba una cocina solar.
– Yo le decía Pedro Rafael, mostrándole una parábola que va desde mi padre hasta mi nieto; y él me hablaba de la estabilidad del movimiento y me entregaba su nave universal.
Sin embargo, no todos queríamos a Ibrahim. Los circunspectos señores del claustro universitario, los prósperos constructores del cemento y la cabilla; los vendedores de gas y energía eléctrica; los fabricantes de licores y cigarrillos; los importadores de aviones y automóviles; sintieron amenazados sus sacrosantos intereses y declararon la guerra a los sueños de Ibrahim: le negaban los recursos para sus investigaciones, saboteaban el proceso de sus experimentos y robaban el resultado de su trabajo; pero, como Ibrahím no se rendía, cambiaron de táctica y lo declararon loco, apedrearon su casa, le negaron el pan y el agua y terminaron pretendiendo sepultarlo debajo de una espesa capa de silencio.
Ibrahím continuaba erguido y desafiante; pero un día sintió un inmenso cansancio y recogió sus sueños, sus angustias y sus esperanzas, los metió en una pequeña alforja, montó en su caballo cósmico y se fue a vivir a otra galaxia.
Desde entonces yo ando solo con el amor de mis nietos y con la esperanzada seguridad de que el galáxico caballo de Ibrahim anda suelto por el aire.

*****

Nada extraordinario

Yo no pido nada extraordinario:
a nadie he dicho, por ejemplo,
córtate la mano derecha
y entrégamela entre rebanadas
de pan blanco.

¿Acaso he dicho a alguien:
ólvidate del nombre de tu madre
y cava una inmensa sepultura
en el vientre de tu hermano?

No. Yo no pido nada extraordinario
ni uno sólo puede desmentirme
cuando digo:
yo no he pedido a nadie
que se saque los ojos
para que el sol le lama
la cicatriz del llanto.

Es más,
a nadie he pedido todavía:
amamanta la mitad de tu sed
para que me regales
la mitad de tu agua.

Yo sencillamente he dicho:
No quiero que mi hermano
sufra hambre,
no quiero que le
roben su trabajo,
no quiero que sea muerto
en tierra extraña…

Y sin embargo,
hay gente enfurecida
dispuesta a romperme
la guitarra,
empeñada en disecar
mi voz,
sobre el madero oscuro
de una encrucijada,
resuelta a convertir
mis huesos
en harina amarga
y carcelaria…

Yo no los comprendo, amigo,
yo no pido nada extraordinario.



De “12 VARIACIONES ALREDEDOR DE UNA GUITARRA”

2

“…otra cosa es con guitarra”,
y es cierto: porque no es cualquier cosa una guitarra.
Primero está la madera y la madera es el corazón de un árbol

y la naturaleza, con todos sus poderes,
le cuesta cuatro lustros –lo menos–
decir esa palabra…

¡Y un árbol no es todavía una guitarra!

El hombre, Dios terrestre,
transforma la madera en clara resonancia.
(¡Cuántos siglos, hermanos, de la mano al cerebro
y del cerebro a la mano!)

Después están las cuerdas:
entrañas refundidas o plásticos inventados;
y, sin embargo, no tienes todavía completa la guitarra.
La guitarra es guitarra, cuando es rumor de bosque,
camino y mano alzada,
entraña estremecida, palabra iluminada,
alma suelta en los dedos,
resonancia en la sangre:
cuando es madera y hombre,
cuando es tierra que canta!


*****

6

El pabellón era un largo corredor con doce calabozos…
Al fondo, baño
(¡Un solo baño y 24 prisioneros!)

¡Siempre estaba ocupado!
El calor era una rata mordiendo la carne de los hombres.
El mal olor subía como una caravana.

Alguien, de pronto, se ponía a llorar.
Otro soltaba una blasfemia. Aquél,
simplemente, cantaba.

Había veces, como ésta,
en que el pabellón era un archipiélago:
cada quien se envolvía en su desesperanza.

El mal humor surgía.
La palabra era entonces perfil de cuchillada
y un puñal de odio antiguo se asomaba a las manos.
Entonces el viejo campesino sacaba su guitarra.
El mar enviaba peces.
El viento era un pañuelo colgado en la ventana.
La lluvia era una niña desnuda por el campo
la noche silenciosa traía hierbabuena
y el río era un muchacho repartiendo naranjas.


*****

8

A puro pulso el hombre luchó con la montaña.

Primero fue tan solo el anfibio sendero que
inventó su esperanza.

Después, cerebro y músculo y voluntad indomable
puliendo su estatura
al son de los hachazos.

Luego llegó la casa…
El amor encendiendo farolitos de almendra.
La muchacha cantando y el aire,
que a su lado,
doblaba y desdoblaba pañuelos de albahaca.

Más tarde fue la luz, el agua fresca y mansa,
el cervatillo herido, la risa conquistada,
la canción descubierta,
la mano que adquiría consistencia de gato,
la lámpara encendida y el clavito de olor que
inventó la guitarra.




De “LA CASA DESHABITADA”

Gira que gira


Gira que gira la rueda,
gira que gira girando.

¿Dónde el ojal de los días?
¿Dónde el clavel de la sangre?

¡La sal oscura del mar
es una rosa en el aire!

Gira que gira la rueda,
bulle que bulle la sangre.

¿Dónde la palabra amigo?
¿Dónde mi alegre corbata?

Herida de ser de altura
la mar se vistió de árbol.

      *

Gira que gira la rueda,
gira que gira girando.

¿Dónde la llave y la luz?
¿Dónde la luz de la llave?

Una rubia submarina
pasa pregonando labios.

       *

Gira que gira la rueda,
bulle que bulle la sangre.

¿Dónde la arena tranquila?
¿Dónde la cierva y el agua?

En la acera de ahí enfrente
hay compra-venta de almas.

*****

Esta tremenda floración


Esta tremenda floración de cactus
hace del mundo una campana rota.

De ocho en fondo marchan las espinas
en loco afán por conquistarlo todo.

¡Ni una gota de amor en este cáliz,
ni una gota de luz, ni una gota!

La voz tirita, disminuida y trémula
y cuatro cuervos ensayan una ronda.

¡Cómo amarga esta leche de penumbras!
¡Cómo duele esta danza de pezones!

Angustia. Soledad. Garganta herida
y canes furibundos violando mariposas.

Quiero escaparme y voy a escaparme, amigo
de esa furiosa soledad de escombros.

*****

¿Vivir?

Este vivir, este vivir desnudo,
no es acaso la vida de la  muerte?
MIGUEL DE UNAMUNO

Este quedarse así, definitivamente solo,
con la luz vertical y amarga de la lágrimas
más allá de las ansias y del grito y de todo
con un río de angustia suspendido en la sangre.

Este mirar el desfile de la gente y del lodo,
en procesión de fantasma, diluida y lejana;
este quedarse al margen, encima de las hojas,
como en la noche lluviosa el rezo de las ánimas.

Este quedarse vacío de ansias y de antojos,
que es estarse tan lleno de soledad infinita;
este saber inútiles las manos y los ojos,
y la voz mutilada cual cascabel inerte;
este sentarse a orillas del tiempo que gravita,
es vivir, Don Miguel, la vida de la muerte,



De “CABALLOS”

I

Vengo de la montaña;
allá una vieja leyenda
predica la preferencia
por los híbridos:
mulas y machos;
sin embargo mis compromisos
es con los caballos;
con ellos izo mi bandera,
enciendo la fogata,
amaso y cuezo el barro,
envejezco el vino
y pulo las palabras.

IV

Este caballo
desguaza el agua,
allana cerros
e inventa playas;
es un cohete
que en medio 
de la noche
enciende su cola,
baja las estrellas,
puebla de huellas
la brisa andariega
y el mundo,
es un hondo relincho,
cuando este caballo
ESTALLA.

VI

Anda este caballo absurdo
borrando los luceros,
columpiando las cigarras,
sembrando soledades…
y se ríe como un loco
y como un idiota
se babea.

Este caballo absurdo
sale a media noche
a robarle el salto
a los batracios,
a hundir sus cascos
en el sexo del agua,
a quemar corolas y rocíos,
a fabricar aullidos estridentes
y a evaporar la  rabia.

A pleno mediodía
¡Qué hará
este caballo absurdo
agazapado en la esquina suroeste
de esta plaza!

IX

Este caballo negro
que barre con sus crines
el polvo de mis sueños,
que violenta el suspiro,
el mar y la violeta,
es un temblor de seda
que relincha en mis dedos.

Este caballo loco
que puebla mis derrotas,
que galopa mi voz
por praderas y siglos,
que rompe mis ventanas
y desquicia mis puertas,
es sólo un tropel de cascos
y un susto levantado
en los cuartos traseros.

Este caballo negro
me sigue como un perro,
me permite una corta galopada,
me desmonta una corta galopada,
me desmonta y huye.

Este oscuro caballo,
indefectiblemente,
me espera en la oficina
el lunes por la mañana
Se disfraza de reloj contralor,
se asoma en la urgencia
de ciertos documentos,
me patea el estómago,
me desboca el corazón
y me coloniza a fuerza
de rabia y miedo.
Este caballo me espía:
a veces lo sorprendo
observándome en la plaza
siguiéndome disimuladamente
por las calles,
colgada en la lámpara
de mi cuarto
y lo peor es que cuando me ve
desde los ojos de la gente
que amo,
cuando me asalta
envuelto en el perfume
de la mujer que me aterciopeló
los dedos,
cuando la aventura me llama
y siento miedo,
cuando el camino sigue
y me detengo.



De “VAMOS A PASEAR DEBAJO DE LA LLUVIA”


Vamos a rescatar los limoneros;
vamos a averiguar cuántas rosas
murieron debajo del cemento,
cuántas hectáreas de aroma
ha talado el humo de las fábricas,
cuántos venados desterró la gasolina,
cuántas mariposas se quedaron en crisálidas.

*****

Porque pasear debajo de la lluvia
es una manera de regresar al bosque,
de descubrir la conexión secreta
que existe entre el mar y la montaña,
de desafiar la furia de los autos ciegos,
de desacatar la voz de los relojes,
de conquistar, en fin, la libertad y el agua.


*****

Esta ciudad borra los nombres,
erosiona las palabras
y quema la espiga de los sueños.
Es cierto que esta ciudad
no inventó el molino de los ruidos,
pero, en ninguna parte como aquí
se ha juntado tanto esfuerzo
para desterrar el silencio;
por eso uno piensa que esta ciudad
merece haber inventado los relojes,
el pito de las fábricas
y las flores de plástico.


De "EL ÁVILA ESTÁ VOLANDO"

El papagayo

Hace mucho tiempo, cuando aún cabalgaba el potro pío de la infancia, solía ir a una huerta detrás de mi casa y pasarme horas enteras elevando un papagayo.
-Perdedera de tiempo, ganas de hacer nada; decía mi familia, y me colmaban de reproches y se empeñaban en demostrarme la inutilidad de mi esfuerzo y la necesidad de aprender cosas útiles y ¡nunca les hice caso!
La vida, a golpes, me ha enseñado que no se hace compañía juntando soledades, ni se construyen puentes con serpentinas, ni se evitan bombardeos creando pájaros; pero, yo soy tonto definitivamente y sigo elevando el papagayo.


Del pan y la canción

Sucede que de una gota de agua y un rayito de sol se puede fabricar un arcoíris, y quien posee un arcoíris puede inventar a Miguel Ángel, a Rubens, a Van Gogh, a Goya y a Picasso y entonces se está en capacidad de hacer, deshacer y rehacer el mundo!
Todo lo cual no niega, sin embargo, que la función primigenia del agua es fecundar la tierra y la tarea fundamental del sol es madurar la espiga, porque la tierra es sólo habitable en la medida que "el pan tenga la dimensión del hambre" y la cobija la exacta dimensión del frío.
De allí que no me explico el absurdo de que haya artistas que se crean superiores al panadero, y sobre todo, que este los tolere por ignorar que hacer la canción es un trabajo.



De “JAYLING”

Tu sonrisa inventa
compañías para mis
soledades.


*****


En la noche de tu pelo
nace mi canto.


*****


Tus manos
son capaces de convertir
el mundo en un durazno.


*****


Tu liviano universo
lo descubro
en los bosques de la sierra.


*****


Persigo el viento
para encontrar tu aroma.


*****


Mi barco 
naufraga
en tu silencio.


*****


En mi oído
tu voz cultiva árboles.


*****


La madrugada
acampó en tu cuerpo
y te dejo sembrada 
de sombras y estrellas.


*****


Creas, siembras y cultivas
Palmeras cuando caminas.


*****


A orillas de tu amor
soy un árbol florecido
que multiplica sus pájaros.   



S e es joven desde el momento en que se concibe una idea y se cree que es original, que antes no se ha escrito nada parecido. Vas al...


Se es joven desde el momento en que se concibe una idea y se cree que es original, que antes no se ha escrito nada parecido. Vas alimentándola y en el proceso encuentras que otros escritores tuvieron la misma idea y la trabajaron de una forma magnífica, tal es el caso del escritor falconiano Rafael Vaz, nacido en Coro el 27 de diciembre de 1900 y fallecido en Caracas el 28 de junio de 1959. Luis Alfonso Bueno dice de él que posee una fecunda obra lírica [...] es quien activa e influye para que se organice y divulgue la obra poética de Elías David Curiel (1871-1924).
Una clara muestra de su lirismo lo constituye el poemario titulado "Bajo el signo de Ceres" en donde crea un concepto entorno al alimento, específicamente 45 frutas, vegetales y hortalizas. Este libro fue publicado en Caracas en 1956 y abre con un comentario de Rufino Blanco Fombona, el cual hace el libro más apetecible al decir que:
"Rafael Vaz Capriles, es sin duda, uno de los buenos poetas de la generación del 1918 [...] el silencio ha sido su norma, silencio voluntario y fecundo. [...] Acaso débase a esta actitud de Rafael Vaz el que su nombre haya sido excluído de los cuadros que a menudo se insertan en nuestras antologías poéticas."
De allí que debe considerarse propicio reencontrarse con este autor lleno del sabor, humor, pulcritud y trabajo minucioso.

Cada poema responde a las normas de los escritores modernistas en cuanto a métrica, además de hacernos un recorrido por frutos tan universales y controversiales como la uva, la manzana, la naranja, hasta llegar a el dato -"nectáreo y feliz de mi pampa"- el semeruco, la urupagua, frutos autóctonos de nuestra tierra falconiana.

Por supuesto, no deja de lado los vegetales como la berengena, remolacha, tomate. Hasta llegar a los ahora famosos granos como las caraotas y lentejas. Dice de ellas:

La lenteja es fuente de vida, de fósforo.
Es pequeña y grande por altas virtudes.
Nadie ignora esto del Guaire hasta el Bósforo.
Se cosecha en muchas, muchas latitudes.
Por una lenteja, de apariencia exigua,
pugnan dos hermanos; y en el largo proceso
se conmueve toda la Historia -la antigua-!
La balanza cósmica vaciló a su peso!

Es un libro, jocoso, educativo, lúdico, de un conocimiento preciso sobre las propiedades de los alimentos del que no hay ningún tipo de desperdicio.
A pesar de considerarse un autor poco conocido en nuestra época Rafael Vaz publicó doce libros a lo largo de su carrera: Los paisajes del extasis, Cuarzo, Guija, Cantera Lírica, Llama votiva, Tiesto, Ancla, Pasos en la arena, La lámpara en el ara, Mármol y arcilla, El grano en el surco y Bajo el signo de Ceres.
[La manzana]

No sé lo que pasa, no sé lo que siento
Ante la odorante piel de la manzana.
Es fuente nutricia de mi pensamiento
Y clave divina de la Historia Humana!
Al nacer el hombre Adán se la implanta
Divide las almas con torpe enemiga.
La miro en el tránsito veloz de Atalanta;
Y un Ilustre Autócrata por ella se intriga.



[La lechosa]

La lechosa es única. Hago por su asunto
Que el verso no caiga, ni se deshilache.
Si se abre en dos párpados, me miran al punto
un millón de breves ojos de azabache.
El viejo dispéptico se zafa del yugo.
Adiós la dolencia! La mágica fruta
restaura y controla el gástrico jugo.
Si es ella la diosa mi rima es la gruta!


[La naranja]

La naranja nace ¡Oh gran efemérides!
Para hacer favores. Se ven vestigios.
¿No es esa la poema real de las Hespérides?
Raudal vitamínico, chorro de prodigios!
En su forma al mundo compendia; y arroba.
Ella brinda a Baco las horas serenas;
y al lado del cónyuge, en calle y alcoba,
la mujer contiene su mitad apenas!



[El coco]

En el coco tengo vaso, vino, hogaza.
Su largo penacho que mueve en silencio
recuerda el que luce la autóctona raza.
Él sabe el secreto triunfal de Juvencio.
Arde sobre el ara; y el bardo celebra
que el coco modesto que al canto lo asocia,
no esté satisfecho: se va de Ginebra
y en una zancada se mete en Escocia.



[La uva]

La uva condensa su cálido grumo.
Por ella locuras comete un Patriarca.
La testa más sólida la llena de humo.
En bodas y crímenes nos deja la marca.
Jesús la consagra ya próximo al leño;
y sólo por ella, por ella tan solo,
cualquier pobre diablo monta en Clavileño
madre de la risa, aliada de Apolo!



[El mango]

¡Oh mango maduro que ayer en el suelo
te topé en gran copia y hartose mi gula!
Hoy para encontrarte te busco en el cielo…
Hoy tu carne es oro y el oro simula.
Ignoro el prodigio que encierre tu pulpa.
Pero en el pretérito sin estar en mayo,
de muchas carreras tuviste la culpa.
En el mal del pecho a veces te ensayo!



[El dato]

El dato es nectáreo feliz de mi pampa.
En mi largo hilo quisiera ensartar
una a una las cuentas que resaltan tu estampa;
y en plena llanura echarme a soñar.
En Coro hay dos clases. El que va en canastos;
que nace en los brazos del cardón; y el otro
que llena con ruidos de gloria de fastos…
¡Es ella el ensueño que vuela en el potro!



[La chirimoya]

Es tan dulce y buena esta chirimoya
que en la mano tengo y al aire la lanzo,
que pospongo pluma al pincel de Goya
y dar en colores lo que yo no alcanzo!
Si una fruta es buena jamás lo preguntes.
Que buenas y ricas lo son todas ellas.
Ya es hora, ya es hora que así lo barruntes
y a su nombre digas las frases más bellas!



[La cebada]

La cebada es mina, mina de mi causa.
Hierro y manganeso. Por ella a la cita
del amor se vuelve después de la pausa;
y el hombre visita de nuevo a Afrodita!
Es factor de peso, de peso en el mundo.
Es espirituosa con delicadez.
Ofrece a la industria su aporte fecundo
y es un buen antídoto para la tristeza!



[El cacao]

Evoca el cacao doblones… pañuelos…
En pasados tráficos fue puntal robusto.
Humeó en las intrigas de nuestros abuelos.
Pone en lo mezclase fortaleza y gusto.
Recuerdo su siglo… El siglo más bravo
la colonia impera… Sol de Barlovento…
Trágico rebenque… Sangre del esclavo…
Aún lo político da su cognomento!



[La yuca]

La yuca es soberbia. Está entre las grandes
raíces vernáculas. Con ella sustenta
su trama biológica el ser de los Andes.
Que es fuerte, la Patria lo sabe y lo cuenta.
Ya se manipula la harina sabrosa.
Se ve un plenilunio! Se alza del budare!
Es la yuca andina que no es cualquier cosa.
Parece un emblema: es fécula y yare!



[La batata]

La batata es grata y es buena a su modo.
Entra en el sancocho con raro donaire.
En rica merienda le dan acomodo.
Pero es –yo lo digo- amiga del aire.
No sé si me entienden. Pero arguyo presto
que en quien la consume, sin medida y tasa,
en un peristáltico trajín muy molesto
prolonga su influjo afuera y en casa!



[El ajo]

He de hablar del ajo, pero he de hablar poco.
Ya lo hizo un grande Profesor de España
que bien alto puso el tema que tocó
al abrir en libros hermosa campaña.
Sirve para todo, para todo, hasta
para que nos dejen un instante a solas…
Las damas lo niegan en su plato; y basta
salir para verlo saltar en las “colas”…!



[La cebolla]

Ante la cebolla de júbilo vibro.
Su función es múltiple. Está en El Quijote:
pasa en una ráfaga por el basto libro.
Alimenta y cura. Su olor un azote.
En un artefacto el hombre lo aneja
y nadie recuerda sus dotes nativas.
Ya controla al tiempo: sus pasos refleja
y a todas las almas mantiene cautivas!



[La caña]

Y cito de último a la dulce caña
que chilla al mordisco feroz del trapiche,
que vierte su llanto, y la seca entraña
transmigra a la prensa, moderno fetiche!
Es santo y es pícaro el dios que la hizo.
Al birlibirloque de la ciencia eterna
albea en la mesa, cual leve granizo,
y forma un escándalo en cada taberna!

Nota al final: Los títulos de los poemas fueron incluidos para la presente selección. Originalmente salen señalados en el índice del libro.



Angélica Guevara
(Coro, 1996). Estudiante de educación mención lengua y literatura en la UNEFM. Participante del "Encuentro Jóvenes Creadores” en el año 2014, auspiciado por la UNEFM. En 2017 fue publicada en el canal “Espejismo del trópico” de Daniela Nazareth, con el poema Reminiscencias. Ha organizado diversos recitales. Actualmente dirige el círculo de lectura del libro Mujerícolas de Indira Carpio.
aaga.suos.96@gmail.com

Nació en El Hato el 31 de marzo del año 1940. 


Nació en El Hato el 31 de marzo del año 1940. 

Armando Barrios (1920-1999). Pintor venezolano. Retrato de la poeta Reyna Rivas. El corazón de lo perenne Reseña sobre Palab...

Armando Barrios (1920-1999). Pintor venezolano. Retrato de la poeta Reyna Rivas.



El corazón de lo perenne

Reseña sobre Palabra y Poesía

Por Joan García

Hay entre los hombres personas que exceden su biología y su contexto, y que en su búsqueda esencial logran tocar la fibra vital de todo cuanto existe, a ellos no los podríamos calificar por su procedencia geográfica o su periodo histórico sino -y hay quien piense que peco de ambiguo- como un verdadero representante de la especie humana.
Tal es el caso de Reyna Rivas (1922-2011) que habiendo nacido en Coro y cultivando su incipiente trabajo en una Caracas que extrañará gran parte de su vida, desarrolla una escritura elemental de la que Palabra y poesía es un hito. En este texto editado por la dirección de cultura de la UCV en el año de 1968 y de una extensión de 87 páginas, se extiende la poesía de Reyna logrando capturar lo esencial en el mundo.
No es casual que María Zambrano -amiga de Rivas- dijera en una carta fechada el 9 de Julio de 1960: tengo la certeza de que escribirás en prosa y no solo porque directamente lo vea, sino por ese tiempo lento, profundo que percibo en ti, y así es como escribe Rivas una prosa profunda y lenta, en la que toda expresión es  lucidez y precisión casi infinita, evocando aquella lenta inteligencia que Borges decía poseer.
En su interior Palabra y poesía emerge de esa inteligencia lenta, precisa y lúcida, en la que Rivas va tramando categorías que erige e invoca constantemente en sus poemas, su preocupación por la palabra -por su realidad y su representación- es continua, busca abrir el eslabón maestro  de una idea y su representación dice:
entre el cielo y la palabra cielo, entre la tierra y la palabra tierra, podría crecer la duda, balbuceantes metáforas 
ó
quisiste escribir sobre el tiempo, más te diste cuenta que el tiempo nace ya nombrado, nombrandose.
Pero no es esta la intención principal, ella busca una verdad que es tan poética como filosófica, lo que antiguos helenos llamaron ente o nous, ella quiere saber qué es la cosa en sí, dice: Anhelo de penetrar, después de haberlo desposeído de todas las apariencias, el corazón de lo perenne.
Esta insistente búsqueda de lo primordial y lo esencial, es una búsqueda que pasa por penetrar el lenguaje, o interroga buscando definirlo.

Poesía;
¿qué es el ser tuyo que ni siquiera tu no ser lo destruye?
Así como también:

Palabra;
¿quién eres, dónde habitas?

Al final la agudeza termina por atravesar lo todo y guiarnos a este libro un instrumento con el cual pudiéramos desenterrar la música del corazón de las palabras y esto nos expone a Palabra y Poesía como la concavidad y convexidad de una misma indecible forma.
Hoy respondo a la pregunta que enarbola Reyna cuando dice: ¿Enterraríamos a los muertos si lo muertos hablaran? no, Reyna habla: Palabra y poesía renace.


Reyna Rivas nace en Coro en 1922. Poeta, ensayista, cuentista y cantante lírico. Estudió Castellano en la Universidad Pedagógica de Caracas, Filosofía en la Universidad La Soborna (París) y Arte Egipcio y Arte Moderno en la Escuela de Louvre (París). Merecedora del Premio Panamericano (Ensayo), el Premio Interamericano (Poesía) y la mención honorífica en poesía por Sueño de la Palabra, de la Universidad Rómulo Gallegos. Le fue impuesta la medalla y el botón de honor de la Universidad de Coro.

Poemas

(Selección Alba Coccoluto)
De Seis prosas (1951)
I
Porque no me abandonen tengo miedo de
pronunciar algunos nombres.
 A veces he querido recogerlos y los he perseguido
entre las cosas: por el color de las
cortinas, en los vasos redondos, por los pliegues
pesados del mantel.. Y es que no sé si cuando
digo: Azul…y lo repito: Azul…! mi voz se
hace más pálida.
Cuántas palabras mías danzarán mañana
por el viento, entre las ramas Cuántas, como perdices,
entrarán en las jaulas abiertas…!

VI
Y en mi sueño hubo voces.
Y se esparcieron por todas partes, aquí, allá: balbuceos, quejas, desesperados gritos!
Caían de los techos y se precipitaban por el ácido tronco
de los árboles.
Y voces vinieron y me cercaron como zumbantes abejas.
Qué alucinantes formas tomaban las voces por mí tan conocidas!
La mía, tu voz, la voz de él fueron bien pronto sombras
que paseaban, en torno mío, bandejas y copas empinadas.
Después, las voces volvieron a su nido del viento y quedaron sólo
los ecos insistentes.

¿Qué se dirán las voces cuando se van con las palabras?
Tal vez, a las otras, la mía cuente las confidencias que sólo tu voz sabe.

De Estampas (prosas) (1953)
IV
Más de una vez lo he sorprendido ante el espejo hablando con su imagen:
-¿Quieres salir de allí y venir a jugar conmigo?
-Te prestaré mi elefante. Dame la mano. Ven.
Sentí miedo y le quité todos los espejos que tenía a su alcance.
Ahora comprendo que no podía estar solo.
Él tenía razón. El otro en el espejo, era, entonces, el único ser capaz de comprenderlo.

XVII
La lluvia arrasó la siembra.
Corriente abajo, junto con las piedras, rodaban también la vaca y el becerro.
El abuelo lloró por la mañana frente al campo sin verde.
Diego estaba con él.
Era Diciembre. Y llegó Enero.
Los Reyes Magos, que no habían dejado nada en las botas de Diego, le escribieron una carta mucho tiempo después:
“No pasamos por tu casa porque no vimos ni un solo árbol donde amarrar nuestros camellos”.

Y Diego se puso a sembrar de nuevo con el abuelo.
Tenía que haber árboles para el año siguiente. Y los hubo.
Las cosechas fueron abundantes. Los Reyes Magos trajeron muchas cosas para Diego. ¿Te acuerdas? Cómo llorabas de alegría con aquel tren y aquella marioneta con la que divertías al abuelo por las noches.
El campo afuera, avanzaba en perfumes su alegría, su verdor, mientras el abuelo la marioneta y tú dormían…

De Huéspedes de la memoria (1956)
IV
¿Qué es lo que amo? y tú ¿Qué es lo que amas?
¿A mí o a mis gestos?
¿Lo que soy o lo que engendro?
¿Mi recuerdo o la mínima orilla que determinan mis manos y mis ojos?
¿Qué es lo que amamos? ¿La voz o la palabra?
¿El perfume o la flor?
Amamos el pálpito que media entre dos cosas, porque es más fecunda y hermosa la zozobra, la pequeñez que habita entre el verde y la hoja.
Entre la piel y el ungüento está el dolor un tiempo que no pudo medirse.
Y entre la vida y el morir, un latido que no asusta ni hiere.
No amo, entonces, ni el vivir ni la muerte.
Amo tan solo el tránsito, esa parábola sin dimensión que en todo habita.
XX
No me bastan ni la piel ni los ojos.
Con temor amanezco porque he soñado que allí concluyo.
La piel ha sido una prisión un dedal las pupilas.
Mi nombre fue también como una cárcel.
Amo la continuidad de mi mano cuando toca cualquier cosa.
Es ir y regresar.
Sabernos detenidos y en vuelo.

De A la orilla del tiempo (1959)
Así era la casa
I
La casa cantaba por la boca del patio.
Se resumía allí el diálogo entre el cielo y la jaula. Junto con el perfume de los tamarindos se elevaban nuestras voces:
-          Vamos, vamos a la huerta.
Raíz de toronjil, olor de hierbabuena y albahaca. Agujas y dedales perseguían la precisión de una puntada y trataban de apresar, en el afán cotidiano, una alborada nueva: parábola del cañamazo y el lucero.

Así era el hombre
VII
Cada amanecer para ti era distinto.
Estábamos acostumbrados a un tiempo que los otros no usaban: la hora de tu reloj de sol.
Conocías la arquitectura del universo.
Y nos maravillaba tanta sabiduría.
Habías tenido un solo libro: la vida. Y era el que usábamos cuando compartíamos contigo una brizna de tiempo.
Pequeño tiempo, sí… pero apresábamos en él eternidad.

A la orilla del tiempo
XX
Siempre…
Te buscará mi voz.
Irá detrás de ti persiguiendo tu huella.
He inventado para ti nuevos nombres y te llamo: levadura o germen, cántaro o entraña.
Eres idea que me ronda y nada nos falta en este entendimiento total que nos fecunda.

Armando Barrios (1920-1999). Pintor venezolano .

De Diálogos con la piedra (1961)
Que me quiten la piel y las pupilas.
Que se lleven mi voz.
Mas, que me dejen lo que aún no tiene nombre:
lo que se torna verde entre la hoja,
azul en la ventana.
Es la única herencia que reclamo.
No es voz, no es óvulo ni llanto.
Es apenas un gesto y espera el bautismo
para lograr su nombre y su victoria.

Dejaré como herencia lo que tú me has dejado, poesía:
esta desolación, esta esperanza,
este nombrar sin nombre todavía.
He conocido por ti la soledad,
el abandono y la melancolía.
Sin embargo, dejaré tan sólo como herencia
lo que tú me has dejado, poesía.

De Estación de hoy (1962)
Poema IV
Qué dura esta prisión de piel,
de lengua y de palabras.
El cuerpo no contiene el alma,
¿Quién dibujó estos itmos?
¿Quién limitó este mar?
No hay barcos, ni playas,
ni arrecifes...
¿Quién inventó estos golfos,
estas islas de piel,
estas alas por hombros?
¿Y este vuelo sin plumas
en los pies y en las manos?
¡Reminiscencias de ave!
¡Escombros!
Sed de óvulo… crece
un nido.
El cuerpo no contiene el alma.
Prestaremos el perfil,
la sonrisa y la entraña.
La salvación quisimos
en un hijo…Y lo hicimos:
un hijo que era un fruto
y mi brazo su rama.
Eternidad quisimos
en medallas de tiempo
sin edad ni memoria.
Borrar los nombres,
la exactitud del gesto,
las sombras del amor, la dimensión,
la huella…
Quedar un pie, sin consistencia,
¡vacuos!
Saber que junto al mar
para saciar la plenitud del viento
somos estatua de agua,
rizadura de sal,
lecho violento.

Que nos crecen el sueño
y el silencio.
Que hay un nuevo compás
y una espera,
todavía sin himno
y sin bandera.

Poema V
De la otra conciencia.

Me persigue, me angustia,
me anonada.
Su afán es una burla.
Me repite mi nombre
baja por mi cintura
y por mi brazo sube.
Que me niega y me dice:
-¡Por qué escribes tus versos?
¿Por qué dices que fuiste?
Riegas tu intimidad
sin pudor ni vergüenza.
Ahora cuentas del labio
y los besos
¡Incrédula, infeliz!
¿Quién te llama poeta?

Tus versos, ese temblor
que asusta el blancor
de los pliegos
ese temblor que tiembla
por tu pluma y tus dedos,
 se los llevará el tiempo
entre sus redes.

¿Por qué me sigues?
-Eres mi sobra,
la cerradura de mi pensamiento,
me niegas la osadía
y el intento.
Tú quisiste matarme
 y a destiempo.

Ahora tu presencia no asusta,
no me inquietas.
-¿Cuál es tu forma?
¿Hasta dónde llegan
tu dimensión
y tu imprudencia?
Conmigo sola voy
a la aventura.
-¿Quién quiso darme
este enemigo?
-Déjadme en paz…
que es mío este quehacer
y mío este tormento.
Que me levanto siento
y que le digo al sol,
a Dios y al viento;
-perdonad a este ser
que vive y que respira
en la sola intención
de sentirse poeta.


De Palabra y poesía (1968)

I
(…)
Creías y sabías (y era ese el único lugar donde creer y saber se te identificaban) que sólo con la poesía y por ella y desde ella podías apresar lo inasible. Ir al encuentro de ti mismo, a padecer lo temporal que, en toda mismidad, es, extasiado.
(…)
Porque siempre sentiste y creíste (y era ése el único lugar donde el sentir y el creer se te yuxtaponían) que todo es continuidad, que nuestra forma se completa con otras formas ¡Tan prójimas!...y que entre ellas se levanta un universo de infinitas estatuas: aire, luz, tiempo, color, espacio vivo: perdurable lugar: piedra sacramental donde el amor oficia y significa y nombra.
Que no hay palabra poética que no nazca con el amor aún entrañado – lo que quiere decir – con el amor-amado.
(…)
II
(…)
Qué humana paciencia la del ver nacer el tiempo y perseguirlo en los caminos que inventa la mediación del verbo.
Qué voz tan clara la que cantando aún, se apaga para poder oír las otras voces.
Emparejados fueron el saber y el creer.
En la dimensión de lo inefable se identificaban el sueño de tu vida y el vivir de tus sueños.
(…)
Hay pensamientos que hacen decir. Decires que hacen pensar.
Y cuando se encuentran cruzándose en el mismo lugar y al mismo instante nace una claridad por donde se pre-siente la significación de lo nombrado.

De Memorables (1975)
Tiempo primero
(…)
Quisimos regresar
pero habíamos olvidado el origen.
El lugar era el sueño, la
duermevela en el cuerpo de un día
trascendido en la conjunción
de un temor que despierta
y un desvelo dormido.
(…)
Tiempo segundo
(…)
Fue cuando quisimos que las palabras
pudieran ser las sensaciones
para transparentar la claridad de una
metáfora,
cuando se nos negó el espacio
para situar el cuando
y darle tiempo al donde.
(…)

Tiempo tercero
¿Dónde cruzaron sus claridades
y en qué lugar se amaron la intención
y el gesto?
(…)

De Elegía (1980)
Elegía (1980)
Creo…
(…)
…en la palabra creo.

,Y por creer, tus modos de mirar
se harán luz,
transparencia.

para llamarte:

sobra sin fin,
memoria despejada,
duración del corazón:
siemprenunca: siempreviva,
nuncamuerta:
eres la lámpara que se enciende
cuando el amar se torna amado
desenterrándose
de sus propias raíces.
(…)
Fue cuando al ser
le nació su primer sido
…fue cuando cambiamos
memoria por olvido,
poesía por ser
y ser por tiempo

Ahora es otro modo de abrir
tu entraña y sentirnos nacidos…
otra la luz de las tinieblas.
Sólo es el mismo el éxtasis
de la luz y el espejo.

Cámbiame ahora
oración por verbo conjugado,
soledad por desvelo,
luz por insomnio.
Cámbiame éxtasis
por temporal vencido.

Qué habrá de llegar el tiempo
de las hazañas imprevisibles
y será la sorpresa de ese encuentro
lo que habrá de encender
elegía y verso con lámparas votivas
en verbo y luz y llanto!
(…)
 
Armando Barrios (1920-1999). Pintor venezolano .
De Sueño de la palabra (1996)
Palabra es la luz cuando se nombra
Dada fue la palabra.
Y dijeron:
Palabra es la luz cuando se nombra.

Palabra es cuando se escribe
el verbo sobre las piedras.

Palabra es lo que crece entre dos sueños.

Ser de ser es palabra,
en las entrañas de la poesía.

En la palabra volverán
En la palabra volverán
el ayer y el siempre,
en la palabra volveremos
a encontrar la luz
y a enjaular el tiempo en
los espejos.

…en la palabra volverá
aquel acontecer persuasivo.

en la palabra volverán
la noche y las querencias,
el jardín y el huerto.

En la palabra crecerán
tus rosas encendidas,
el agua, los herbarios,
las malaguetas y la hierbabuena.

De En memoria (1997)
…fue entonces
                    cuando el tiempo era la edad
Fue entonces
cuando el tiempo era la edad
y la infancia se anegaba de sol en los aljibes y en la alberca.
Fue entonces, en el clímax de la atemporalidad, cuando la metáfora se nos hacía sin saberlo, la única ilusión perdurable.
Perdurable porque podíamos abrir con ella las puertas de la más alta memoria…al alba cuando la aurora despejaba con su último resplandor la última tiniebla anochecida.
Fue entonces cuando creías en el milagro porque esperabas que la pregunta y la respuesta fuesen la misma imagen de alguna otra mismidad memorable.
Recojo ahora tantos recuerdos; recojo a la par, tantos olvidos.
Trato de comprender los sueños los de entonces y los de ahora, comparándolos, yuxtaponiéndolos. Y con esos pedazos de tiempo inicio la aventura de escribir este memorial, para decirte que sólo en la transparencia y en la luz de los espejos veo ahora la imagen que buscábamos tu, los otros, yo.
(…)

Ahora entiendo
         que tus demoras fueron un
         discernimiento lúcido…
Ahora entiendo.
que tus demoras fueron un discernimiento lúcido
para anticiparnos el recuerdo y la melancolía, ese otro rostro de la paciencia que el silencio desencarna y revela.
He aprendido a encontrarme con el tiempo en los espejos…
y en ese laberinto voy deshilvanando todo lo memorioso para que lo que ha de perdurar sea siempre cuerpo del sueño para que lo eterno sea –tal vez- lo que ahora inhume el amor, eterno lo que pueda despejarse en un mismo lugar y en una misma transparencia pura!
(…)
De Infinitos verbales (2002)
Amar
Amar para extasiarnos en los espejos
Donde la memoria se ensimisma.
Amar para descifrar
las metáforas cuando otros nos transverban.
Amar para entender
la encarnadura del sueño en la verdad.

Porque en el nombre del amor
todo tiempo es posible.

Amar el instante
cuando la infinitud
colma el verbo
desosándolo.

Amar la ingravidez
de los nombres caídos
y exaltar con ella
la belleza
de los silencios transverbados.

Amar el sentimiento
de lo infinito
después de haber soñado
con la muerte.

Soñar
Soñar
porque en los sueños
tiempo y lugar se funden
y nos regalan
esa duración límbica
donde todo es posible:
la desmemoria,
el ser no siendo…

y el soñar
que soñábamos.
De Dedicatorias en acción de gracias (2004)
…A ti,  a tu memoria
…a ti y a tu luz, inventora de la transparencia
y el espejo…a ti, por prolongar en ellos
el silencio infinito de las noches sin aurora…
A ti, a tus hijos, porque honran lo solemne
en todo lo que perdura: el llanto, la sonrisa,
la palabra prometida, la palabra dada…
A ti, a tu pintura, porque en ella y desde ella
has amado la poesía
en la íngrima desnude virginal
de su nombre y su verbo.
…a ti, a tu amor, siempre en el justo lugar
de las antelaciones y las vísperas.

…a ti, porque crees que es la luz
lo que nombra lo azul
y ahoga en tornasoles y ultramares
todas las transparencias.
A ti, porque agradeces
que en la tierra haya música…

A ti, por cantar la poesía
Descifrándola entre solfas y claves.
A ti, porque has encontrado
Las radicales ocultaciones
de la otra memoria, de ese otro lugar
en lo secreto de todas las permanencias.
A ti, porque me has enseñado
a vivir por todo lo que no fuimos…
a ti, por haberme enseñado a soñar
lo que ya no seremos…
a ti, porque sabes que las rosas
nombran el carmín y la púrpura
y que los girasoles
nombran al tiempo…conjugándolo.

A ti…
por el amor, por el hogar, y otros tantos lares
por la luz del camino…
También por las tinieblas, gracias.
Gracias por la poesía, por el canto y la música,
Por el color y por las otras luces,
por el claroscuro y las sombras…
A ti, gracias por tu verdad, inventora de lo ilusorio…
A ti, porque honraste lo solemne
en todo lo perdurable:
el llanto, la sonrisa, el mirar.
A ti, por la palabra dada…
A tu verdad, por haber cifrado el tiempo
entre los girasoles y las giralunas,
conjugándolo a la hora crepuscular,
entre carmín y púrpuras:
soles adormecidos, lunas menguantes, lluvias!
…a tu verdad, por la paciencia para deshilar el tiempo.
A tu verdad, entre dos sueños,
por los nombres que le diste a la aurora:
los mismos que hoy escribo con el último polen
de la última rosa amanecida.
17 de Marzo de 1995
A ti, poesía
…porque eres palabra recibida,
palabra dada, palabra prometida,
palabra revelada.

A ti, poesía,
Inventora de nombres y de verbos
y de ese mago de la palabra: el poeta.
…a ti, poesía,
Inventora de transparencias y espejos…
…a ti, poesía,
en el éxtasis, en la luz, en el vértigo.
…a ti, poesía,
por dejarnos soñar con seres siendo,
cuando el ser era, cuando el ser sea,
cuando el ser sido ser será.

Fue cuando decían:
¡Venid!, venid que el tiempo es de ser,
¡Venid!, que la nostalgia y la melancolía
se transverban,
¡Venid!
que el tiempo fue raptado por el verbo,
venid, que aún enmantillada,
la luz sueña,
sueña con el otro cuando en otro donde,
con la otra entraña en otra ocultación…
allí, donde sueña la luz con la memoria,
entre dos tiempos,
allí, donde sueña la luz con el asombro.

A mi tierra natal, gracias
…por darme familia, hogar y gentilicio,
…por la música del silencio
entre los vendavales y los cujisales
…por mi primer verbo conjugado:
el del infinitivo amar en el amando amado.
Gracias por el tiempo, cuando el tiempo
era la edad, un candil votivo o una penitencia..
cuando allí, en los médanos
entre la rizadura de los arenales, el tiempo
era la eternidad
en la oración crepuscular de los ángeles.



Joan Manuel García(Venezuela, 1990) Ingeniero químico egresado de la UNEFM, escritor joven, miembro del consejo editorial del Sistema de Editoriales Regionales Falcón adscrito a la editorial  el Perro y la Rana. Organizador y fundador de la Feria Falconiana del Libro (FEFAL), mantiene el blog personal joanmanuelgarcia.blogspot.com.





Alborada Coccoluto (Caracas, 1995) Estudiante de cine en la Universidad Nacional Experimental de las Artes (UNEARTE). Documento, investigo, a veces escribo.













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