En la sección Jardín nos complace honrar al poeta José Pepe Barroeta con una selección diversa de sus escritos a cargo de la poeta Cristi...
Fotografía: Archivo Fotografía Urbana A 101 años del natalicio del poeta del resplandor, una breve selección de su obra.
Poemas extraídos del libro Espacios (El perro y la rana / 2014). Selección a cargo de Luis Ignacio Cárdenas.
Gelindo Casasola: Selección poética

Poemas extraídos del libro Espacios (El perro y la rana / 2014). Selección a cargo de Luis Ignacio Cárdenas.
Cuando un poeta reconoce a otro se produce un gesto de suprema humildad y sentido afecto.
Ramón Miranda en los ojos de César Seco

Cuando un poeta reconoce a otro se produce un gesto de suprema humildad y sentido afecto.
Reseña sobre el poeta falconiano Elias David Curiel.
Un tal, Elías David Curiel

Una selección de poemas del escritor Falconiano Otón Chirino. Por Angélica Guevara
Selección poética de Milagro Meleán.
Miyó Vestrini - Poesía

Selección poética de Milagro Meleán.
Breve semblanza de Elizabeth Schön y audios extraídos del libro "El abuelo, la cesta y el mar" .
Elizabeth Schön

Breve semblanza de Elizabeth Schön y audios extraídos del libro "El abuelo, la cesta y el mar".
Recordando a la poeta Hiranis Serrano.
Hiranis Serrano: Testimonio de tus encuentros

Recordando a la poeta Hiranis Serrano.
Análisis de Angélica Guevara, sobre la obra de una de las más insignes escritoras de Falcón, el texto viene acompañado de una selecci...
Elias Bracho es un poeta singular que enriquece la cultura Falconíana, su voz es intensa y su mirada constante. Su palabra describe...
Por Jenifeer Gugliotta Guédez
El SER DE en Gregorio Meléndez: una ciudad en simbiosis

Por Jenifeer Gugliotta Guédez
[Uno de los últimos textos del querido y necesario poeta falconiano] Tomado del blog de Andrés Castillo defloresybalas.blogspot....
Poesía de Hugo Fernánez Oviol
[Uno de los últimos textos del querido y necesario poeta falconiano]
Más tarde, ese mismo grupo, con la ayuda invalorable del marxismo-leninismo, me enseñó la fidelidad con los principios filosóficos y la filiación alegre y consecuente con los marginados de la tierra.
Mi amor por las parrandas de la serranía que, durante los días de fiesta nacionales, iban de casa en casa entonando sus trovas, desgranando décimas, salves y coplas y multiplicando así la alegría colectiva del pueblo, sembró en mí para siempre, el amor por la poesía. Yo, desde entonces, sentí una debilidad tremenda por los copleros, los admiraba con devoción religiosa, y me quedaba mirándolos como a santos milagrosos.
Qué sabroso es constatar
que uno ha llegado a ser viejo
sin haber sido pendejo
y con mucho que contar.
EL CABALLO DE IBRAHIM
Para Julyrma
Había una vez un hombre bueno llamado Ibrahim. Era un genio, un ilusionista, que andaba lleno de ciencia, de sueños y de amor. Como es lógico, este hombre maravilloso había nacido en Cabure y como yo tuve la suerte de nacer en el mismo lugar y algunos creen que soy poeta, naturalmente, Ibrahim y yo fuimos amigos.
Durante la infancia practicamos los mismos juegos, fuimos a la misma escuela y compartimos miedos y alegrías. Más tarde anduvimos juntos un largo trecho compartiendo la idea de cambiar al mundo.
Últimamente habíamos establecido una hermosa relación: cada vez que nos encontrábamos yo le hablaba de mis nietos y él me entregaba sus sueños y sus nuevos conocimientos e invenciones; así por ejemplo:
– Yo le decía Ricardo, mostrándole una cascada musical; y él me hablaba de las galaxias y me regalaba un caballo cósmico.
– Yo le decía Patricia, liberando un centenar de mariposas; y él me hablaba del cosmos y me convencía de que somos polvo de estrellas.
– Yo le decía Hugo Alejandro, haciendo brotar un chorrito de agua de la tierra; y él me hablaba de la sed y me entregaba la forma de bebernos el agua del mar.
– Yo le decía Alejandra, entregándole un ramo de rosas; y él me hablaba de la contaminación ambiental y me regalaba una cocina solar.
– Yo le decía Pedro Rafael, mostrándole una parábola que va desde mi padre hasta mi nieto; y él me hablaba de la estabilidad del movimiento y me entregaba su nave universal.
Sin embargo, no todos queríamos a Ibrahim. Los circunspectos señores del claustro universitario, los prósperos constructores del cemento y la cabilla; los vendedores de gas y energía eléctrica; los fabricantes de licores y cigarrillos; los importadores de aviones y automóviles; sintieron amenazados sus sacrosantos intereses y declararon la guerra a los sueños de Ibrahim: le negaban los recursos para sus investigaciones, saboteaban el proceso de sus experimentos y robaban el resultado de su trabajo; pero, como Ibrahím no se rendía, cambiaron de táctica y lo declararon loco, apedrearon su casa, le negaron el pan y el agua y terminaron pretendiendo sepultarlo debajo de una espesa capa de silencio.
Ibrahím continuaba erguido y desafiante; pero un día sintió un inmenso cansancio y recogió sus sueños, sus angustias y sus esperanzas, los metió en una pequeña alforja, montó en su caballo cósmico y se fue a vivir a otra galaxia.
Desde entonces yo ando solo con el amor de mis nietos y con la esperanzada seguridad de que el galáxico caballo de Ibrahim anda suelto por el aire.
Nada extraordinario
Yo no pido nada extraordinario:a nadie he dicho, por ejemplo,
córtate la mano derecha
y entrégamela entre rebanadas
de pan blanco.
¿Acaso he dicho a alguien:
ólvidate del nombre de tu madre
y cava una inmensa sepultura
en el vientre de tu hermano?
No. Yo no pido nada extraordinario
ni uno sólo puede desmentirme
cuando digo:
yo no he pedido a nadie
que se saque los ojos
para que el sol le lama
la cicatriz del llanto.
Es más,
a nadie he pedido todavía:
amamanta la mitad de tu sed
para que me regales
la mitad de tu agua.
Yo sencillamente he dicho:
No quiero que mi hermano
sufra hambre,
no quiero que le
roben su trabajo,
no quiero que sea muerto
en tierra extraña…
Y sin embargo,
hay gente enfurecida
dispuesta a romperme
la guitarra,
empeñada en disecar
mi voz,
sobre el madero oscuro
de una encrucijada,
resuelta a convertir
mis huesos
en harina amarga
y carcelaria…
Yo no los comprendo, amigo,
yo no pido nada extraordinario.
2
6
8
Gira que gira
Esta tremenda floración
¿Vivir?
I
IV
VI
IX
El papagayo
Del pan y la canción
*****
*****
*****
S e es joven desde el momento en que se concibe una idea y se cree que es original, que antes no se ha escrito nada parecido. Vas al...
Rafael Vaz: Degustación y humor
Una clara muestra de su lirismo lo constituye el poemario titulado "Bajo el signo de Ceres" en donde crea un concepto entorno al alimento, específicamente 45 frutas, vegetales y hortalizas. Este libro fue publicado en Caracas en 1956 y abre con un comentario de Rufino Blanco Fombona, el cual hace el libro más apetecible al decir que:
"Rafael Vaz Capriles, es sin duda, uno de los buenos poetas de la generación del 1918 [...] el silencio ha sido su norma, silencio voluntario y fecundo. [...] Acaso débase a esta actitud de Rafael Vaz el que su nombre haya sido excluído de los cuadros que a menudo se insertan en nuestras antologías poéticas."De allí que debe considerarse propicio reencontrarse con este autor lleno del sabor, humor, pulcritud y trabajo minucioso.
La lenteja es fuente de vida, de fósforo.
Es pequeña y grande por altas virtudes.
Nadie ignora esto del Guaire hasta el Bósforo.
Se cosecha en muchas, muchas latitudes.
Por una lenteja, de apariencia exigua,
pugnan dos hermanos; y en el largo proceso
se conmueve toda la Historia -la antigua-!
La balanza cósmica vaciló a su peso!
No sé lo que pasa, no sé lo que siento
Ante la odorante piel de la manzana.
Es fuente nutricia de mi pensamiento
Y clave divina de la Historia Humana!
Al nacer el hombre Adán se la implanta
Divide las almas con torpe enemiga.
La miro en el tránsito veloz de Atalanta;
Y un Ilustre Autócrata por ella se intriga.
[La lechosa]
La lechosa es única. Hago por su asunto
Que el verso no caiga, ni se deshilache.
Si se abre en dos párpados, me miran al punto
un millón de breves ojos de azabache.
El viejo dispéptico se zafa del yugo.
Adiós la dolencia! La mágica fruta
restaura y controla el gástrico jugo.
Si es ella la diosa mi rima es la gruta!
[La naranja]
La naranja nace ¡Oh gran efemérides!
Para hacer favores. Se ven vestigios.
¿No es esa la poema real de las Hespérides?
Raudal vitamínico, chorro de prodigios!
En su forma al mundo compendia; y arroba.
Ella brinda a Baco las horas serenas;
y al lado del cónyuge, en calle y alcoba,
la mujer contiene su mitad apenas!
[El coco]
En el coco tengo vaso, vino, hogaza.
Su largo penacho que mueve en silencio
recuerda el que luce la autóctona raza.
Él sabe el secreto triunfal de Juvencio.
Arde sobre el ara; y el bardo celebra
que el coco modesto que al canto lo asocia,
no esté satisfecho: se va de Ginebra
y en una zancada se mete en Escocia.
[La uva]
La uva condensa su cálido grumo.
Por ella locuras comete un Patriarca.
La testa más sólida la llena de humo.
En bodas y crímenes nos deja la marca.
Jesús la consagra ya próximo al leño;
y sólo por ella, por ella tan solo,
cualquier pobre diablo monta en Clavileño
madre de la risa, aliada de Apolo!
[El mango]
¡Oh mango maduro que ayer en el suelo
te topé en gran copia y hartose mi gula!
Hoy para encontrarte te busco en el cielo…
Hoy tu carne es oro y el oro simula.
Ignoro el prodigio que encierre tu pulpa.
Pero en el pretérito sin estar en mayo,
de muchas carreras tuviste la culpa.
En el mal del pecho a veces te ensayo!
[El dato]
El dato es nectáreo feliz de mi pampa.
En mi largo hilo quisiera ensartar
una a una las cuentas que resaltan tu estampa;
y en plena llanura echarme a soñar.
En Coro hay dos clases. El que va en canastos;
que nace en los brazos del cardón; y el otro
que llena con ruidos de gloria de fastos…
¡Es ella el ensueño que vuela en el potro!
[La chirimoya]
Es tan dulce y buena esta chirimoya
que en la mano tengo y al aire la lanzo,
que pospongo pluma al pincel de Goya
y dar en colores lo que yo no alcanzo!
Si una fruta es buena jamás lo preguntes.
Que buenas y ricas lo son todas ellas.
Ya es hora, ya es hora que así lo barruntes
y a su nombre digas las frases más bellas!
[La cebada]
La cebada es mina, mina de mi causa.
Hierro y manganeso. Por ella a la cita
del amor se vuelve después de la pausa;
y el hombre visita de nuevo a Afrodita!
Es factor de peso, de peso en el mundo.
Es espirituosa con delicadez.
Ofrece a la industria su aporte fecundo
y es un buen antídoto para la tristeza!
[El cacao]
Evoca el cacao doblones… pañuelos…
En pasados tráficos fue puntal robusto.
Humeó en las intrigas de nuestros abuelos.
Pone en lo mezclase fortaleza y gusto.
Recuerdo su siglo… El siglo más bravo
la colonia impera… Sol de Barlovento…
Trágico rebenque… Sangre del esclavo…
Aún lo político da su cognomento!
[La yuca]
La yuca es soberbia. Está entre las grandes
raíces vernáculas. Con ella sustenta
su trama biológica el ser de los Andes.
Que es fuerte, la Patria lo sabe y lo cuenta.
Ya se manipula la harina sabrosa.
Se ve un plenilunio! Se alza del budare!
Es la yuca andina que no es cualquier cosa.
Parece un emblema: es fécula y yare!
[La batata]
La batata es grata y es buena a su modo.
Entra en el sancocho con raro donaire.
En rica merienda le dan acomodo.
Pero es –yo lo digo- amiga del aire.
No sé si me entienden. Pero arguyo presto
que en quien la consume, sin medida y tasa,
en un peristáltico trajín muy molesto
prolonga su influjo afuera y en casa!
[El ajo]
He de hablar del ajo, pero he de hablar poco.
Ya lo hizo un grande Profesor de España
que bien alto puso el tema que tocó
al abrir en libros hermosa campaña.
Sirve para todo, para todo, hasta
para que nos dejen un instante a solas…
Las damas lo niegan en su plato; y basta
salir para verlo saltar en las “colas”…!
[La cebolla]
Ante la cebolla de júbilo vibro.
Su función es múltiple. Está en El Quijote:
pasa en una ráfaga por el basto libro.
Alimenta y cura. Su olor un azote.
En un artefacto el hombre lo aneja
y nadie recuerda sus dotes nativas.
Ya controla al tiempo: sus pasos refleja
y a todas las almas mantiene cautivas!
[La caña]
Y cito de último a la dulce caña
que chilla al mordisco feroz del trapiche,
que vierte su llanto, y la seca entraña
transmigra a la prensa, moderno fetiche!
Es santo y es pícaro el dios que la hizo.
Al birlibirloque de la ciencia eterna
albea en la mesa, cual leve granizo,
y forma un escándalo en cada taberna!
Angélica Guevara
(Coro, 1996). Estudiante de educación mención lengua y literatura en la UNEFM. Participante del "Encuentro Jóvenes Creadores” en el año 2014, auspiciado por la UNEFM. En 2017 fue publicada en el canal “Espejismo del trópico” de Daniela Nazareth, con el poema Reminiscencias. Ha organizado diversos recitales. Actualmente dirige el círculo de lectura del libro Mujerícolas de Indira Carpio.
aaga.suos.96@gmail.com
Nació en El Hato el 31 de marzo del año 1940.
Armando Barrios (1920-1999). Pintor venezolano. Retrato de la poeta Reyna Rivas. El corazón de lo perenne Reseña sobre Palab...
Reyna Rivas: corazón de lo perenne
El corazón de lo perenne
Reseña sobre Palabra y Poesía
Tal es el caso de Reyna Rivas (1922-2011) que habiendo nacido en Coro y cultivando su incipiente trabajo en una Caracas que extrañará gran parte de su vida, desarrolla una escritura elemental de la que Palabra y poesía es un hito. En este texto editado por la dirección de cultura de la UCV en el año de 1968 y de una extensión de 87 páginas, se extiende la poesía de Reyna logrando capturar lo esencial en el mundo.
No es casual que María Zambrano -amiga de Rivas- dijera en una carta fechada el 9 de Julio de 1960: tengo la certeza de que escribirás en prosa y no solo porque directamente lo vea, sino por ese tiempo lento, profundo que percibo en ti, y así es como escribe Rivas una prosa profunda y lenta, en la que toda expresión es lucidez y precisión casi infinita, evocando aquella lenta inteligencia que Borges decía poseer.
En su interior Palabra y poesía emerge de esa inteligencia lenta, precisa y lúcida, en la que Rivas va tramando categorías que erige e invoca constantemente en sus poemas, su preocupación por la palabra -por su realidad y su representación- es continua, busca abrir el eslabón maestro de una idea y su representación dice:
entre el cielo y la palabra cielo, entre la tierra y la palabra tierra, podría crecer la duda, balbuceantes metáforas
quisiste escribir sobre el tiempo, más te diste cuenta que el tiempo nace ya nombrado, nombrandose.
Poesía;
¿qué es el ser tuyo que ni siquiera tu no ser lo destruye?
Palabra;
¿quién eres, dónde habitas?

Reyna Rivas nace en Coro en 1922. Poeta, ensayista, cuentista y cantante lírico. Estudió Castellano en la Universidad Pedagógica de Caracas, Filosofía en la Universidad La Soborna (París) y Arte Egipcio y Arte Moderno en la Escuela de Louvre (París). Merecedora del Premio Panamericano (Ensayo), el Premio Interamericano (Poesía) y la mención honorífica en poesía por Sueño de la Palabra, de la Universidad Rómulo Gallegos. Le fue impuesta la medalla y el botón de honor de la Universidad de Coro.
Poemas
(Selección Alba Coccoluto)![]() |
Armando Barrios (1920-1999). Pintor venezolano . |
Joan Manuel García(Venezuela, 1990) Ingeniero químico egresado de la UNEFM, escritor joven, miembro del consejo editorial del Sistema de Editoriales Regionales Falcón adscrito a la editorial el Perro y la Rana. Organizador y fundador de la Feria Falconiana del Libro (FEFAL), mantiene el blog personal joanmanuelgarcia.blogspot.com.
Alborada Coccoluto (Caracas, 1995) Estudiante de cine en la Universidad Nacional Experimental de las Artes (UNEARTE). Documento, investigo, a veces escribo.
Nuestras redes